Frissons Chapter 8 Come back to me

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Frissons

 Chapter 8   Come back to me   "Vuelve a mi"


Changmin

Llegó  el día de nuestro debut, bueno, las 24h antes; y yo no había vuelto a ver a Jaejoong. Sólo su actuación en el Tokyo Dome por televisión. Estaba impresionante. Esa presencia en escena, esa intensidad y pasión  con la que le ponía voz a mis sentimientos.
Extrañamente, al verle ahí, sólo le veía a él y mis canciones sólo parecían estar ahí para adornar sus labios….
Esos labios… rojos, brillantes sobre el micrófono. Tan suaves y cálidos con ese sabor dulce y ácido del vino…a pecado y perdición.
Mientras le miraba en la tv de las salas de ensayo miré hacia todos lados cuando note arder mis mejillas. Mis recuerdos me habían delatado de nuevo. Desde entonces cada vez que veía los labios de Jaejoong…. No podía evitar recordar todas esas sensaciones soñadas por esta salvaje imaginación.
Sólo me provocaban más y más curiosidad. ¿Realmente sabrían de ese modo sus auténticos labios? No podía quitarme esa idea de la cabeza. En realidad ¿serian tan suaves como soñé?
Su boca dominante y provocadora.
De pronto noté una lata de refresco helada sobre mi mejilla.
Y lo peor… si no era así.. exactamente cómo eran..?

-AAh.
-Jajaja perdona! Pero estás coloradísimo, parecía que necesitaras un poco de frío en esos cachetes. . -Ella era una de las noonas más bonitas de todo el recinto. Sólo me llevaba un año, pero era una de las chicas más guapas, inteligentes y codiciadas del lugar.
Quizá…me había puesto aún más rojo al verla a ella de nuevo. Me pasaba desde la última vez que nos quedamos a solas hace unos días.

Yunho y los chicos celebraban el anuncio de la fecha definitiva de nuestro debut hace unos días. Esa noche estaba agotado y medio dormido. Aún así no hacia mas que mirar mi móvil, esperando un mensaje de Jaejoong para felicitarme, ya que Yunho había recibido mensajes de toda la gente que lo sabía, los cuales no eran muchos. Y entonces me acordé de que…probablemente él no tenía mi número.
-Changmin ah, tienes que beber!- me dijo uno de los hyungs amigos de Yunho pasándome un brazo por detrás de los hombros y casi  cayendo al suelo.
-No, gracias hyung, ya que brindado un par de veces….- Extrañamente cada vez que iba a beber…. Recordaba cosas... mas bien, mi piel, mis labios, recordaban sensaciones asociadas al olor del alcohol, a su sabor y esa sensación en la boca.
Y la razón de ello tenía solo un culpable!
-Al fin llegaron las chicas!- exclamó uno. Las chicas les miraron mal a muchos, y llegaron con otros compañeros de la misma edad que Yunho, que iban a debutar en otro grupo.
Todas fueron a saludar a Yunho y felicitarnos, yo no me moví mucho de mi lugar en el suelo, pero cuando YUnho me llamó para que fuera a su lado, tuve que levantarme. Básicamente era YUnho super cariñoso abrazándome y diciendo cuan buen alumno era, y yo asintiendo a todo lo que decía al grupo. Yo me caia de sueño y sólo quería una ducha caliente y una cama donde dormir y perder el conocimiento. Cuando entre el grupo comenzaron a jugar con una botella de vino… y la botella de vino acabó sobre mi. Noté el tibio líquido caer por mi frente, cerré los ojos… inundó mis labios, mi camiseta.. empapó mi pelo.
YUnho regañó a los autores y comenzó a perseguirlos por el gimnasio.
-Yah! Como os atrevéis a tirarle el vino a un miembro de tvxq!!! ¿? Volved aquí! YAH!- gritaba. Yo no podía abrir los ojos mientras el vino seguía escurriendo por mis ojos y muchas chicas trajeron toallas para secarme. Era mi excusa perfecta para mi ducha y mi merecido descanso…..
Sólo que.. para cuando llegué a las duchas, encendí una, y me quité la camiseta… el olor del  maldito vino estaba ya a mi alrededor…pasé la lengua por los labios….y aún ardían. Como aquella noche…..ahora sabía que no había sido el vino….ni el kimchi.
Cuando avancé un par de pasos hacia la ducha, me di cuenta de que no estaba solo. Alguien me había acompañado hasta aquí, y esa era ella.
-     Pensé que ibas a esperar a que me fuera para ducharte , pero, jajaja adelante, sigue.- rió ella frente a mi.
-     Ahora puedes irte.- le dije entre molesto y  dormido.
-     ¿Estás seguro?- me preguntó ella acercándose mas, hasta que me dejé caer sobre la pared de la ducha, el agua tibia mojaba mi hombro izquierdo. Aún llevaba los pantalones de chándal puestos. El agua me estaba salpicando, pero mi cansancio unido al callejón sin salida en el que me encontraba respecto a Joongie, me podían.
-     Una noche tan feliz.. ¿y por qué esa mirada tan torturada, Changmin? – me dijo mirándome a los ojos, intentando ver dentro de mi.
“no verás nada”, pensé. “ni siquiera yo sé que es lo que llevo dentro”.
Mientras pensaba una sonrisa amarga llegó a mis labios, y ella murmuró algo sobre mí mientras dibujaba figuras sobre mi pecho con la yema del dedo.
-…..para no hacer ejercicio como los demás…. Tu- le aparté la mano.
- No lo es…- me dije más a mi mismo que a ella. Y entonces me besó.
Yo no me moví pero ella se estaba llevando el sabor del vino de mis labios. Y en ese momento pensé. En que éste debería ser el momento en el que esa chica guapa y sexy de mis sueños, me besaba por primera vez, después de haber charlado algunas veces.
Iba a debutar, había cumplido mis objetivos en el entrenamiento, y estaba en mi escena soñada…. Pero en toda esta escena lo que ahora estaba mal…. Era yo.
Ella se separó y me dijo;
-Dicen que tu primer beso te lo dio una chica de gangnam por una apuesta de fiesta con SHiwon y Yunho oppa.- Yo negué con la cabeza.
-Este ha sido mi primer beso.- murmuré.
Ella entonces sonrió y se acercó a mi de nuevo… pero yo me alejé….lentamente hacia el interior del agua que aún caía. Ella iba completamente vestida. La miré a los ojos de una forma…amenazante, en la que no la invitaba a entrar conmigo. Cuando la vi retroceder para marcharse, la di la espalda y me quité el resto de la ropa para ducharme. Ni se lo que vió ni me importa.
Me estaba duchando y estaba roto de cansancio y desánimo en el corazón. Porque había tenido mi primer beso con una chica que le gustaría a cualquiera… me había desnudado delante de ella…y todo bajo el agua…estaba igual de…tibio.

Pensé que sería tremendamente vergonzoso hablar con ella de nuevo, pero desde entonces ella se había comportado como si nada. Quizá ella lo vió como una invitación que decidió no aceptar, y rezaba por que asi fuera. Pero aún así, desde entonces su preferencia por mí no podía ser mas obvia. Y cada vez que se me acercaba, notaba los ojos de Jung Yunho sobre mí. No sabía qué rayos se traían ellos dos con esto, pero lo último que necesitaba a punto de debutar, era distraerme con estas cosas. Aunque notaba que a Yunho de alguna manera le molestaba que me prestase atención, nunca me decía nada. No era difícil leer y conocer a Yunho. Él jamás le daría a ella la satisfacción de reconocerle a nadie que estaba celoso. Pero y yo me preguntaba… ¿era realmente eso?

 -hey, noona, ¿Qué es lo que te traes con Yunho?- le pregunté de la nada. Ella se sorprendió.
-Nada.- Contestó riendo.
-Ya claro.- le dije mientras bebía de la lata que me había dado.
-Jaja eso es lo que me gusta realmente de ti, Changmin… siempre hablando claro.- Seguí bebiendo y miré a Yunho de reojo. Otra vez su mirada de desaprobación. Sin embargo era evidente que ella no hablaba conmigo por eso. Me sonrió y se fue hasta Yunho para hablar con él.
Les miré juntos y pensé… qué bueno sería si ella y el mundo entero se pensaban que no intenté retenerla en la ducha por respeto a Yunho, aunque no estuviese claro su interés por ella. Yo desearía que hubiese sido así. Pero mi triste verdad era otra muy distinta.
Ni Yunho….ni ella..eran en lo que estaba pensando la otra noche.
Maldita sea.

Yunho

-hey- me dijo ella sentándose a mi lado. Yo seguí concentrado en entender mi móvil.
-mmh- contesté yo. Esto no me lo esperaba.
-Oye… Changmin me gusta de verdad…- Ok, vale esto me lo esperaba aún menos.- No pongas esa cara de sorpresa. Es alguien muy especial, y no quiero que nadie se me adelante…
Me reí.
-Estoy esperando a escuchar donde es el punto en el que todo esto tiene algo que ver conmigo.- Dije volviendo a mi móvil. La verdad es que solo le molestaba a mi orgullo eso de dejar de ser el mas deseado del lugar para muchas de las mas guapas de la compañía, ya tenía suficiente competencia con Shiwon… pero la intriga era como es que ella se había fijado en el chico. No es que no tuviese potencial….
-No, es sólo que… el otro día…- comenzó ella.
-Ah, la historia de la ducha?- no pude dejar de reír.
-Es cierta- dijo ella sonriendo. “uh oh” Creo que acababa de ganarme otro postre con este cotilleo.- Pero creo que Changmin no quiere dar el paso conmigo por respeto a ti….
-buen chico.- se me escapó decir mientras reía.- No pongas esa cara, no necesitáis mi permiso….- En realidad si….
-Me alegra oír eso Oppa! – Dijo ella besando mi mejilla en broma. ¿Cómo se atrevía? Se estaba jugando la vida… si otras la veían.
-Más te vale!- La dije mientras se alejaba.
-Como?
-Nada, nada.- en realidad iba a decir que mas le valía que le tratase bien al chico o…. maldita sea el chico no era tonto pero… en este poco tiempo había aprendido a respetarle y le había cogido cariño! Nadie debe saber esto….
Brrr brrrr
Mi móvil…Mientras contestaba a la llamada de Jaejoong, vi como ella se acercaba de nuevo a Changmin, juguetona, y con una gran sonrisa…consiguió sacarle una pequeña a Changmin.
-YAh! Como se te ocurre no contestar a mis mensajes!- me gritó al otro lado del teléfono.
-Por que no me das tiempo!! Además! Ya te puedes disculpar por no llamar el dia que supimos del debut!
-te envié un mensaje!
-Eso no vale una mierda!
-Qué tal se lo tomó el chico?- preguntó.
-Pues ya me dirás tu! Para algo te dí su teléfono el otro día cuando me lo pediste para felicitarle!- Joongie se quedó callado.
-B-bueno es que.. estoy muy ocupado no puedo hablar con los dos!
-Pues si me llamas a mi, pregunta por mi.
-Ok.. como va todo.- Me dijo todo obediente. Eso estaba mejor… me recosté en la silla en la que estaba, relajándome.
-Ah… perfecto, cansados pero con ganas de salir ya… la expectación nos está matando…. Jaja no creo que nadie duerma esta noche…- miré como ella se acercaba para susurrar un secreto al oído de Changmin.- Y puede que a algunos no les dejen jajajaa
- Ah! Ya veo! Al fin va a caer Soon kyu?- preguntó Joongie a través del teléfono.
-Quéee? Para nada!- me negué yo.
-Jaja como hablabas tanto de ella estos últimos días… confiesa…!
-no, me refería a Changmin.- le aclaré.- Es porque ella ha estado encima de él toda la semana desde el anuncio del debut….-La risa de Joongie pareció congelarse.- Jaja está hecho un Casanova… tiene a la chica en el bote….por lo visto nos lo han debido de desvirgar el otro día justamente, todo el mundo habla de cómo Changmin se desnudó en la ducha para ella… y… bueno ella me acaba de decir que asi fue jajaja de tonto nada el chico! Jaja- De pronto sólo escuché la respiración de Joongie al otro lado del teléfono.
-ahm- dijo él simplemente.
-No seas celoso jajaja
- ¿Y me lo dices tú?!!!- me tuve que apartar el teléfono de la oreja para que no me dejara sordo.
Vi como los dos pasan por mi lado sonriendo y ella le decía algo mas…Se paró a un metro detrás de mi y quedó mirando al suelo….le oí decir.
-OK…déjame que lo piense… ahora… tengo que ensayar para el debut… lo entiendes no?- Ella asentía con la cabeza, expectante.- Si todo sale bien…. Ven a buscarme y hablaremos- Dijo él. Cuando él salió por la puerta, ella hizo la señal de victoria.
Yo reí y volví a mi conversación…
-Qué pasa? – preguntó Joongie, impaciente.
-Creo que tenemos nueva parejita. Con esto si que me llevo tres postres por lo menos…. Jojojojo
-Yunho….
¿Cuántas horas dices que quedan para el debut?



Continuará…..

by Nerea




SOULFIGTHER STORM SEGUNDA TEMPORADA: CAPÍTULO 1. NO ONE BUT YOU

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SOULFIGHTER STORM      SEGUNDA TERMPORADA




Capitulo 1    No one but you



Shim Changmin


La verdad es que no recuerdo exactamente cuando comenzamos a distanciarnos.

Pasaron varios años cada vez descansando menos.
Se volvieron como los primeros días en korea, llenos de estrés, falta de descanso y tensiones. Pero teníamos el tiempo contado para cumplir nuestro objetivo. Y lo hicimos...hicimos historia, seguimos batiendo records en Asia y conquistamos europa...

El resto del mundo fue nuestro.

Aún cuando comenzamos a hacer trabajos en solitario, nunca dejamos de actuar y sacar juntos cada disco Koreano en septiembre.

Pero finalmente llego el momento para todos de ir al cumplir el servicio militar. Yo fui antes del límite máximo, para ir junto con los demás.

En el fondo el servicio militar resultó ser un merecido descanso. Yo presté servicio administrativo en un buen puesto gracias a mi carrera universitaria. Los demás también, Jae por su lesión en la rodilla, y los demás por sus problemas de visión.

Apenas nos vimos los unos a los otros durante ese tiempo. Tampoco dejaban usar los moviles, y se que Jae se tuvo que estar muriendo poco a poco, pero me reía al pensarlo, esperando que se les quitara el enganche a él y a Yoochun.

La verdad, necesitábamos un largo descanso los unos de los otros...el tiempo juntos no había hecho mas que agravar los problemas de convivencia que siempre existieron, y nos estábamos volviendo locos.

Al entrar al servicio militar y alejarnos en cierto modo de la vida publica, todos recibimos tratamiento psicológico.

Yunho se adaptó mejor que nadie a su nueva vida, siempre había sido el más adaptable de todos, y se mantuvo en buena forma sentimental ya que se fue haciendo un pequeño rincón conservando su privacidad en cierta medida.

Junsu tenía su familia y su mundo interior, y Yoochun mejoró increíblemente desde que su madre y su hermano se mudaron a korea.

Los casos mas graves éramos Jaejoong y yo. Sobretodo Jae.

Jaejoong no podía superar esa casi obsesión que tenía con todos nosotros y ese sentimiento de dependencia del grupo. Era superior a él. 

Y en mi caso, aunque tenía a mi familia, mi círculo de amistades estaba reducido a lo que quedó en mis 14 años de infancia.....el haberme casi criado y pasado adolescencia y cambio a adulto bajo semejantes circunstancias extremas de vida...aislado del mundo real, me había desequilibrado de una manera que yo no controlaba.

Nadie dijo ni una sola palabra sobre lo nuestro. Sobre Jae y yo.

Conseguimos mantenerlo oculto durante todo ese tiempo. Cercanos a los 30, cuando tuvimos mas libertad en otros países, Jae y yo nos volvimos descuidados, y algunos de nuestros manager sospechaban algo, pero nunca quisieron saber.

Nadie quiso indagar.

No querían saberlo.



Aun a pesar de la terapia ofrecida por el gobierno, y de que dudaba de si alguno de nosotros había contado lo que paso durante mucho tiempo entre Jae y yo, ninguno lo hizo.

Todos mentimos.

Todos lo omitimos.

Y después del tiempo que pasamos entre todos separados con muchos proyectos en solitario, encontrándonos pocas veces para actuar como grupo, como un año y medio, sumado a los casi dos años de servicio militar......

el hastío de la vida en común, el trabajo y el servicio militar nos fue separando y tras casi 5 años fue casi como si lo nuestro nunca hubiera ocurrido, como si lo hubiera soñado.


A veces nos comunicábamos todos por email, sobretodo porque Jae nos escribía emails larguísimos para ordenarnos que le contáramos hasta el ultimo detalle de lo que hacíamos.

Yunho simplemente escribía diciendo que estaba bien y que nos cuidáramos.

Los rumores de su relación con Yujin se convirtieron en certeza cuando él lo confesó públicamente poco antes de ingresar en el servicio militar.

Por ello los periodistas no la dejaban a sol ni a sombra, aprovechando para invitarla a programas para que hablara de él y de su relación, mientras el estaba fuera de escena.

En principio la compañía se opuso a confirmar la relación, pero decidieron al fin, que el escándalo provocado beneficiaria la popularidad del grupo mientras estábamos fuera de la vida pública cumpliendo el servicio militar, para que no se olvidara el publico de Yunho ni de nuestro grupo.

A todos se les hizo de repente difícil de superar el hecho de nuestra obvia y radical caída de popularidad durante nuestra estancia cumpliendo el servicio militar.

Jae desesperadamente intentaba seguir promocionando desde donde estaba.

Pero los psicólogos se lo impidieron.

Ya todos creíamos estar preparados para este cambio brusco de vida.

Pero no todos podíamos vivir con ello.

Habíamos vivido demasiado tiempo entre algodones, respirando y bebiendo fama. Y aunque habíamos conseguido mantener un nivel tolerable y sano de modestia gracias a nuestro equipo y mánagers...

Nuestro modo de vida, la manera en la que habíamos madurado como hombres, nunca fue natural si no artificial. Metidos en nuestra propia burbuja de fama, reprimidos por nuestra grandeza y la gente que nos rodeaba. Ahogados de responsabilidad y falta de sueño.

Junsu se encontraba atado de pies y manos queriendo hacer miles de cosas que nada tenían que ver con su trabajo en el servicio militar, al igual que Jae, aún así.....Junsu siempre había sido más optimista.





Y yo...pobre de mi... con las ganas que tenía de perderte de vista, para que tus manías dejaran de causarme dolores de cabeza, y en realidad ahora me encontraba casi cada día pensando en como estarías, preocupándome mas de ti que de mi.

Todo esto no podía decírselo al psicólogo, ni a nadie.

Siendo como era el sistema, si le hubiera contado nuestra relación, y lo que sentía por ti, habrían intentado convencerme de que era algún desvarío mío producto del estrés y de mi ambiente.....



No, no dije una palabra.

Pensé que me vendría bien desintoxicarme de ti.

Pensé que podría, de algún modo.



Los planes para el reencuentro como grupo eran grandes, eso era lo que nos mantenía a todos con vida y esperanza.

Sacaríamos un disco koreano de vuelta...todos poníamos las esperanzas en ello, aunque muchos teníamos ya otros planes adicionales para no quedarnos en la cuneta, si la vuelta de tvxq no resultaba como esperábamos.




Unos seis meses antes del término de mi servicio, comencé a hacer verdaderos planes.



Todos teníamos ya casas en seoul. Yo tenía una a las afueras para mis padres, y otra en el centro para mí, que mis hermanas y mis padres estaban usando mientras las niñas terminaban las carreras y yo no la usaba.

Manager, compañía y psicólogos nos habían permitido al fin, y sobretodo aconsejado, que viviéramos separados. Todos pensábamos hacerlo así. Pero unos 6 meses antes, intenté buscar a Jaejoong , tenía que hablarle de algo que había estado pensando y no le había contado a nadie.

Durante el primer año de servicio militar, me había sacado el permiso de conducir al fin.

Y cogiendo mi coche, fui en busca de Jaejoong, en uno de mis días libres de permiso en el cuartel. Él tendría que trabajar, pero quizá pudiera verle un par de horas.

Cuando llegué después de unas dos horas de viaje en coche hasta su base, cerca del pueblo en el que nació, tuve que esperar otras tres para que él tuviera horas de visita.

Cuando me dejaron pasar, él estaba sentado en un banco al aire libre, de espaldas a mí, bajo un árbol. Era una tarde de primavera, ya entradas las 6 de la tarde.


Cuando estuve mas cerca, vi que se liaba un cigarrillo y lo encendía.

Me costó reconocerle.


Con el pelo tan corto, barba de dos días, había cogido algo de peso. Se le veía algo más sano, eso si, incluso con mejor color en la piel.

Realmente, sin su ropa de ultimo modelo y sin peinar, podría pasar inadvertido como un soldadito mas, nadie hubiera pensado que este chico había sido durante varios años la flor de asia, sin competencia alguna. Para mi y para much@s, siempre lo sería.

Al verme me sonrió con esa sonrisa de colegueo que ponía y levantó una mano para chocarla, y saludarme a nuestra manera.

Le vi.....con ese aire que usa para rodearse de gente. Y me recordó al primer día que le vi en Sm.

Él era para mi el dios de la popularidad y siempre lo sería. Nadie atraía la atención de la gente como él.

Yo en cambio, era demasiado individualista como para eso. Tu te habías encargado siempre de protegerme en ese sentido.
Yo podía brillar, pero tenía que ser a tu lado.

Te envidiaba, como el primer día.


Me diste un golpe en el brazo y me preguntaste que tal me iba.
Yo sonreí. Con mis gafas de sol puestas, como tu. Suspiré y me recargué en el banco, mirándote de reojo con las gafas como escudo.

Resultaba casi extraño hablar de cosas personales ahora que todo estaba asi de frío entre nosotros.

Pero tenía que decirte lo que había venido a decir.

Suspiré e hice que me dejaras hablar.

-Jaejoong en realidad.... bueno, para ambos en este período de 6 meses antes de que termine el servicio, tendremos jornada reducida y podremos vivir fuera del cuartel.-Ni siquiera hice una pausa para que te imaginaras a donde quería llegar.- Quiero que vivamos en mi casa de las afueras.

Jae soltó el humo del cigarro y se giró para mirarme, a través de sus gafas de sol.

Se rió.

-¿Quieres que vivamos juntos??- preguntó. Parecía hacerle muchísima gracia. No paraba de reír.- pero si no me soportas!! Seguro que asistes a tus sesiones de terapia?- me preguntó bromeando.

Yo no dije nada y me mantuve serio. Esperaste unos instantes antes de poder tomarlo en serio, tu sonrisa desapareció poco a poco y miraste hacia otro lado.

-Aún quieres seguir con eso?- Me preguntaste seriamente de pronto, como si te molestara, como si fuera algo que esperabas que nunca volviéramos a mencionar.

-Si llamas “eso”  a lo que siento por ti, pues sí. Claro que sí. Creí que ya lo sabias.- Le dije buscando su mirada oculta mientras trataba de quitarle importancia.

-No has venido a verme en todo este tiempo, ni siquiera estabas cuando fui a visitarte.- Me recordó en un murmullo, mirando al suelo.

-Eso es porque tienes razón, no te soportaba.- hice una pausa para poder coger aire y coraje.- Eso no tiene nada que ver con lo que siento.

Sonreíste de aquella manera falsa de nuevo y tiraste la ceniza del cigarro mirando al suelo.

-cada vez te entiendo menos.-Dijiste riendo.- Todos estos años deseando librarte de vivir conmigo... y ahora me dices esto...

-Sabes que te viene bien, saldrás de aquí un poco más. Tu casa está en seoul y no te da tiempo de ir y volver en el mismo día.- le dije apelando a su pragmatismo.- Se que quieres volver a seoul, se que quieres salir de aquí..

-Changmin.....siempre sabes como hacer que no diga que no a lo que tu quieres, verdad?-dijo incorporándose y volviéndose para mirarme de frente.

Se hizo un breve silencio.

-Las cosas han cambiado, Changmin.- me dijiste.

-Lo se. Claro que han cambiado, para todos. No te estoy pidiendo nada....- le expliqué, siempre mirando para otro lado.- Pero no quiero estar solo y supongo que tu tampoco, mas vale malo conocido que bueno por conocer....


Te dije.





Y era todo una gran mentira.

Una completa y absoluta mentira.

Era cierto que todo había cambiado.

Lo estaba notando, incluso lo notaba en mi. Se me haría raro besarte ahora.

Eras casi otra persona distinta, alguien ajeno a mi.

Pero quería que siguieras siendo mío.



Esos celos que había sentido toda la vida, de que la gente acaparase tu atención, la mayoría del tiempo. Gente nueva, Yunho, compañeros de trabajo, etc.

Siempre había querido ser especial para ti, de algún modo.

- A mi también me está costando adaptarme.- confesó.- Eso ya lo sabes. Pero solo iré si de verdad las cosas han cambiado.

-Claro que sí.- le dije sonriendo golpeando su hombro.- venga, toma, -le tendí un papel.- aquí está la dirección para que puedas enviar tus trastos. Ya iremos a colocarlos, total solo serán 6 meses.

- No me irás a cobrar ¿- preguntó Jae inseguro.

- ¿Bromeas? Claro que te cobraré, es MI casa! Yo no soy las hermanitas de la caridad.

- ¡Pero qué dices!? Como eres, sabes que yo no te cobraría! Cuando te quedabas en mi casa yo no te cobraba!- Me recordaste riendo.

- Bueno...quizá era porque tú también.......te llevabas algo a cambio.....- dije algo entrecortadamente, evitando tu mirada.

De pronto noté que, como siempre, no habías pensado en ello antes de decirlo.
Me podría haber callado pero era así de sincero, aunque con mis palabras enrarecí el ambiente. El tacto al hablar jamás fue lo mío y lo sabes.

Tengo que reconocer que aunque tu sacaste el tema, esos recuerdos ahora estaban fuera de lugar. Había madurado lo suficiente como para darme cuenta de eso, aunque ya no pudiera cambiarlo.

Intenté sonreír para que no nos quedáramos estancados ahí. Pero fue en vano.

- ¿Fuiste a visitar a Yunho?- Pregunté. Quería desesperadamente romper aquel silencio y no pensé bien en la pregunta....estaba siendo demasiado obvio quizá.

Tu simplemente asentiste un poco con la cabeza mientras le dabas otra calada al cigarrillo.

- Fui a veros a todos Changmin, te lo dije en el e-mail.- Dijo con voz cansada.- Como siempre, fue Yoochun el único que me recibió.- Dijo con el tono cargado de reproche.

- Jaejoong, fuiste a visitarnos demasiado pronto, ni siquiera teníamos permisos entonces, nos habían prohibido ....aconsejado encarecidamente que dejáramos de vernos todos unos meses....podrías haber esperado hasta....

- ¿hasta ahora?- me interrumpió con profundo y agresivo sarcasmo. 

Yo decidí no seguir con mi argumento. Él dejó escapar el humo de su cigarrillo lentamente para calmarse.- Era antes cuando hacía falta.

Le miré de reojo en aquellos instantes, oculto por mis oscuras gafas de sol.....y no pude cerrar los ojos y apretarlos....queriendo cogerte de la mano quizá, qué se yo....

De pronto me dolieron todas aquellas noches que habrías llorado en tu soledad rodeado de hombres desconocidos que no éramos nosotros, mordiéndote los labios hasta sangrar para que nadie te escuchara.

Yo había llegado a alegrarme de que no estuvieras allí a mi lado cada noche fría que dormía en aquél catre.

Algunas veces porque hasta los huesos me dolían de no poder abrazarte antes de quedarme dormido.

Algunas veces porque me alegraba de no tenerte cerca, y que nadie me viera correr hasta tu cama durante la noche. Creí que estando lejos, estaba libre de ti y de este amor obsesivo que absolutamente nada conseguía apagar.

-¿Insinúas que todos hemos sido felices durante este tiempo sin tener que verte? ¿Que te evitábamos porque teníamos ganas de perderte de vista?- le pregunté sin rodeos. Y sabía que él odiaba eso. Apretó los labios imperceptiblemente.- Pues claro que teníamos ganas de perderte de vista, igual que tu a nosotros..... necesitábamos esto y lo sabes..... ¿quieres acabar como algún loco pringado colgado de sí mismo? – notaba que se estaba cabreando pero no paré.- No, jaejoong, nosotros no acabaremos así, sé que tu nunca has querido eso.

Se movió incorporándose del respaldo del banco y me dio la espalda, tirando el cigarrillo.

- Me alegro de que para ti todo sea siempre así de fácil.- Me dijo con su tono de reproche de nuevo. Loco de mi, no sabía por qué demonios lo adoraba.

- Sabes que siempre has sido capaz de convencerme de casi cualquier cosa.... y esa fue la primera.- Te recordé con el tono de mi voz cargado de cariño.

De todo ese cariño que hacía tiempo que no te daba y se agolpaba ahora mismo en mi garganta sin poderlo evitar. No sabía que hacer con él ahora mismo......

Ni siquiera sentía el impulso de abrazarte. Era mucho más que eso.

-Me vendrá bien salir de aquí.- Dijiste dándote la vuelta de pronto y sonriendo. Cuando alguien te llamó a nuestras espaldas. Y yo te miré con un “ si, ya lo se, tienes que irte” que tu intuiste de mi, bajo mis gafas de sol.

Intentaste despedirte y vi que tenías intención de abrazarme. Siempre lo hacías. Aunque yo hubiera sido el más difícil de acercarse.

Pero te detuviste. No querías que nadie allí te viera. Y yo internamente te lo agradecí, porque no sabía como podría sentirme.
 ¿Y si me abrazabas y no te dejaba ir?

¿Si me abrazabas y te atrapaba en mi abrazo hasta que dejáramos de respirar?

Rápidamente, me despedí, quedando contigo en un día para trasladar las cosas.

Había conseguido lo que quería, y estaba satisfecho con eso.

Nunca pensé que tu aspecto me sobresaltara tanto. Era tan masculino....poco que ver con tu imagen de antes.

Aunque se notaba que te seguías cuidando en exceso, no era lo mismo.

Y yo fantaseaba con la idea de que al fin, te hubieras moderado un poco en ese sentido, que nos hubiéramos nivelado y que todo en la convivencia iría mejor. Aunque fuera tu Tongsaeng, realmente pensaba que casi todos nuestros problemas de convivencia se debían a tu vanidad.

Aquella noche, al volver a casa, no pude dormir. Me dediqué a llamar por teléfono a los chicos. Cuando le conté a los demás que pensábamos vivir juntos, todos rieron.

Pensaron que era una broma.

Para los medios no seria nada raro, al fin y al cabo habíamos vivido muchos años juntos. Era lo lógico y normal según las circunstancias.

Me quedé tranquilo todo el tiempo hasta que pudimos entrar en la casa. Aunque yo estuve 3 días antes que él allí, acomodando el piso. En realidad nunca había vivido solo, solo. Como tú antes de debutar.




Llegaste una mañana de primavera a mi casa, y me sorprendió la ilusión que me hacía toda aquella situación. Nada más llegar te comenté que Yoochun se había ido a su casa con su familia, hacía dos dias, viviría allí estos últimos seis meses.

Yunho estaba más lejos, en el sur, pero podía quedarse en casa de sus padres, él iría a finales de semana. También hablamos de Junsu que estaba cerca del pueblo de sus abuelos, ahora fallecidos. Toda su familia se había mudado allí desde que él comenzó el servicio. Él se había mudado ayer, dos días mas tarde que yo.

Nada mas llegar Jaejoong me hablaba de hacer fiestas en casa para sus amigos de cuartel. Yo no los conocía ni quería hacerlo. Pero me mantuve en silencio escuchando sus planes sin decir palabra. Aunque para él mi gesto serio fue signo de que no me parecía muy bien. E intentó, como siempre, convencerme.

-Venga, Changmin, acabas de hacer 29 años....y sigues siendo tan abuelete como a los 19 ....por díos, tómate unas buenas cervezas en tu casa con tus colegas del cuartel.....juntaremos a los míos y a los tuyos.- me decías mientras te ayudaba a sacar cosas de las cajas.

-No creo que los amigos que hayas podido hacer en tu cuartel vayan a encajar mucho con los míos......- te contesté con sorna. No me hacía falta verlos para imaginarlo. El comentario, le ofendió profundamente seguramente porque era cierto.

-Bueno, hay que conocer gente de todo tipo, nadie debería estancarse solo en un ambiente...- se estaba tirando a la piscina con ese comentario. Sabía que cuando se relajaba no era precisamente elocuente ni sofisticado.

-Ok ok, pero tiene que ser tan pronto?- intenté pedirle tiempo muerto, aunque en realidad me imaginaba que sus brutos amigos le estarían preguntado cada día cuando sería la famosa fiesta en su casa, de la cual seguro había hablado ya a todo el mundo, y él se sentiría agobiado porque deseaba complacer a todos.

- bueno... mejor cuando hayamos recogido un poco toda la casa y nos hayamos instalado bien.... por cierto, es preciosa.- Dijo sonriente mirando por la ventana de mi habitación que ahora él ocuparía. Miró al jardín y sonrió.- Por qué no bajamos al jardín a tomar algo eh? Yo ya estoy cansado de hacer esto, luego seguimos....

Me alegré porque ya me había aburrido pero en él era extraño, sacaba una especie de entretenimiento en ordenar compulsivamente las cosas....al menos el Jaejoong que yo conocía.

Busco cosas frías de beber en la cocina y sacó de una caja unos aperitivos secos de alga para tomar con la cerveza que tenía en la nevera. Era realmente lo único que había.

-Sabes que tendremos que pedir la compra por internet? Odio eso.- Dijiste mientras preparabas las cosas y me dabas la mitad de lo que llevabas para que te ayudara a sacarlo fuera.

-Si, seguramente si fueras mas de dos veces a comprar al supermercado, incluso en un sitio como este...nos seguirían. Te ha llamado Hyukjae hyung? – te pregunté.

-La verdad es que no. Le has dicho que venía aquí?- Preguntó mientras nos sentábamos ya en la terraza del jardín. Negué con la cabeza y nos reímos.

Quizá dirían algo pero.... y qué? Ya no podían impedirlo. Esto era tiempo regalado, en realidad aún cumplíamos servicio militar.

Un pequeño oasis que compartir con Jaejoong.

Mientras nos veía a ambos beber cerveza fresca en el jardín de mi casa, sentía mi corazón estallar de alegría. Me sentía nervioso, como si pudiera saltar de la silla en cualquier momento.

Estaba junto a ti, y estábamos solos, compartiendo esto....parecía simple, insignificante.... pero para mi lo era todo. Por un momento me olvidé de tu nombre y el mio, de cómo nos habíamos conocido, de mi trabajo, de mi carrera.....

Solo estábamos tu y yo... tomando algo juntos en el jardín de nuestra casa. Y sentí que podrían escaparse las lágrimas de mis ojos.... escondí mi sonrisa nerviosa tras el vaso.

Al rato sólo podía reír....pensarías que era por tu conversación, por la manera de burlarte de tus superiores en el cuartel.
Pero no quería que supieras porque era tan feliz en ese momento porque ni siquiera yo podría explicarlo.

Y mientras te miraba a los ojos cuando hablabas, inocente de mi, pensé que no necesitaba más de ti que esto. Me engañé por unas horas creyendo que solo había extrañado tu compañía, que si solo estabas en mi vida de esta manera sería feliz.

Realmente, nunca llegamos a recoger del todo toda la casa, era demasiada perdida de tiempo y queríamos aprovechar nuestro tiempo libre.

Tu habías recuperado las ganas por jugar a videojuegos de nuevo, y juntos nos compramos un par de portátiles y comenzamos a jugar online junto con Junsu. Yunho supongo que no tenía tiempo.

Yo me alegraba de que hubieras perdido las ganas de hacer esa fiesta en casa. Pero los medios de comunicación no parecían haberse enterado aún de que vivíamos juntos y no teníamos gente siguiéndonos a todas partes.

Era como vivir una post adolescencia de nuevo. Ya se nos había olvidado como era vivir mas o menos normalmente en korea y teníamos miedo de perderlo de nuevo.

Quizá por eso te lo habías pensado mejor y habías decidido llamar la atención sobre la casa lo menos posible.

Yo disfrutaba como un niño pequeño de esa atención que recibía de ti, la cual tenía como nunca.... ni en mis mejores sueños habría podido idear algo así.

Cuando volvía de trabajar pisaba el acelerador para poder estar en casa antes de que llegaras y recibirte. Pasábamos prácticamente todo el tiempo juntos después del trabajo. Y, hacíamos lo mínimo ambos por limpiar la casa.

Hasta que te trajeran tu coche desde Seoul, yo te llevaba al trabajo cada dia, y uno de tus compañeros te traía por las tardes.
Aunque tenía que despertarme mas pronto de lo normal, lo aguantaba, mas que nada porque tu me despertabas casi siempre, yo me quedaba dormido. Te sentaba bastante mal porque te gustaba ser puntual.


La casa tenía dos baños, pero uno de ellos tenía una ducha estupenda con hidromasaje. Por supuesto Jaejoong siempre estaba allí el primero cada mañana, pero ese baño era el mas cercano a la habitación que yo ocupaba, que antiguamente era la de mis padres. Él seguía en la que había sido mía.. La de mis hermanas permanecía desocupada, aunque llena de cajas con ropa, zapatos y otros abalorios de Jaejoong que como siempre, no había tenido si quiera oportunidad de usar.

De modo, que cuando me levanté un día, medio dormido, entré y allí estaba él. Duchándose despreocupadamente.

Era la primera vez en casi 10 años que su cuerpo volvía a estar como aquél primer verano después del debut. Moreno, fibroso, con algo más de peso de lo que se había vuelto normal en su madurez.
Sus músculos estaban algo más proporcionados, sus piernas más fuertes.

Su aspecto era indudablemente mucho más masculino de lo que había sido en años, y fue un gran impacto para mi. Hacía ya mucho tiempo que no le veía desnudo.

Deseaba que no se girase y me viese, porque no podía apartar la vista de él.
Con ambas esas fuertes manos tras de su cabeza, frotaba con jabón su nuca, revolviendo la espuma entre su corto pelo.

Y de su nuca sus manos bajaron por su pecho, su trasero, sus piernas, su pecho de nuevo....se detuvo allí...y luego siguió bajando de nuevo, y suspiró.

Y en ese momento recordé lo que Jaejoong solía hacer durante las duchas.


Y tuve miedo.



Miedo de seguir mirando, miedo de apartar la vista.

Me asustaba seguir mirando, y ver algo que me desagradara. O lo que era aún peor, que me gustara.

Y también tenia miedo de seguir conservando estos sentimientos por el y que ahora….verle desnudo me desagradara de verdad.


Durante este tiempo en el servicio militar, me había dado cuenta de que compartir la casa con chicos como nosotros y compartir habitación y trabajo con hombres normales y corrientes, no tenía nada que ver.

Al principio me preocupaba mostrar interés por alguien o algo que viera, durante las duchas, quizá….

Pero.........




No

No quería ni mirar. No me atraía en absoluto, quizá todo lo contrario. No podía si quiera atreverme a acercarme al cuerpo de cualquier otro hombre....

otro que no fuera el tuyo.


En cambio no podía dejar de mirar las faldas de las asistentes de oficina.

Imaginar como siempre, como sería su ropa interior..eso si me causaba un leve cosquilleo.

Si, pero definitivamente ninguna de esas pieles tendría tu aroma, sus labios y la forma de su cuerpo no serían como la tuya. Siempre la imagen de cualquier mujer para mí estaría incompleta....



Tenía un problema.

Un verdadero problema.

Sólo podía desearte realmente, a ti.




De modo que no sabría que hacer si Jaejoong seguía con lo que ya  sabía que iba a hacer.

Pero no podía moverme. La curiosidad me mataba.

Estuve a punto de darme la vuelta, cuando lo escuché….


Había algo que no había cambiado en absoluto. Cerré los ojos al escucharlo de nuevo y sentir esa sensación conocida por todo mi cuerpo.

Esos sonidos......esos sonidos que salían de su boca....


Esos infernales y pecaminosos sonidos que salían de entre sus labios, como una dulce y mesmerizante melodía que le ganaba el pulso a mi razón.

Esos sonidos trajeron un maremoto de sensaciones a mi mente. Una oleada inmensa de recuerdos latentes y dormidos bajo mi piel.

Tenía miedo de cerrar los ojos, y por un momento casi sentirte entre mis brazos de nuevo, sudando y gimiendo junto a mi.


Y me estremecí.




No quería dejarme llevar e hice ruido con la puerta para que te detuvieras. Cuando me oíste, sin girarte, cambiaste de posición.

Al fin cerró la llave del agua. Y no me dio tiempo a salir antes de que me viera.

Le vi desnudo y mojado frente a mi, con su miembro completamente despierto.

Me miro a los ojos un poco confuso por mi presencia.

Traté de no recorrerle con la mirada, de retener la mía en sus ojos...

Pero fue completamente imposible.



-Pasa si quieres, ya he terminado. –Dijo tranquilamente, colocándose una toalla a la cintura.

Sin levantar una vez más la cabeza por vergüenza, me quité toda la ropa y prácticamente salté a la ducha.

Pude ver como me miraba de reojo al entrar, a través del espejo.

Yo, nervioso, intenté ducharme deprisa y de espaldas a él, para poder ocultarme de su vista. Pero antes de que terminara, él salió por la puerta para vestirse.


Suspiré aliviado.


No estaba excitado. Hubo una época que con solo verle así me habría tirado sobre él sin dudarlo.

No estaba excitado, pero no me había resultado indiferente en absoluto.

Quizá si hubiera presenciado algo más....si hubiera estado frente a él un poco más.....

Había resultado un gran impacto para mí.

NO sabía qué sentir.



Pero estaba casi temblando. El bote del jabón se me escurrió de entre las manos sin querer, chocando estrepitosamente contra el suelo de la ducha.

Renegué y me agaché para cogerlo. Intenté ducharme lo más deprisa posible, para no dejarme llevar, para no permitirme recordar ni durante un segundo lo que mis ojos acababan de ver.

Que mis manos al tocar mi piel no extrañaran la suya.

Que aquel diabólico sonido salido de sus labios no volviera a mi mente.



Finalmente tuve que terminar la ducha con agua completamente fría.













Finalmente, después de varias discusiones, gracias a dios le trajeron su coche y las peleas de por la mañana terminaron.

Conduciéndolo se sentía un poquito mas él mismo, se sentía un poco mas Youngwong Jaejoong de nuevo…..y menos Kim Jaeboo….menos alguien anónimo….
aquella situación que le mataba por dentro lentamente….

Pasaron tan sólo un par de días más después de aquél, hasta que llegó el fin de semana.

En tan sólo aquellos dos dias me dio tiempo a arrepentirme en cierto modo de que no discutiéramos por las mañanas, ya que al tener tu coche....desde entonces, venías mucho mas tarde a casa.

Aquella noche de sábado que tuvimos libre, nos pusimos uno de los primeros conciertos para reírnos de nosotros mismos. Pero yo no podía dejar de mirarle. Pocas veces en años de convivir con él le había visto con tanto tiempo sin afeitarse, aquel pelo tan corto que le robaba toda la personalidad a su redondeado rostro. Y yo seguía sin estar acostumbrado.

Era increíble como el aspecto de Jaejoong cambiaba tanto según como se arreglara.

  Mi cuerpo estaba ancho e imponente, fuertes y grandes músculos que tu jamás tendrías. Todo ese ejercicio durante todos estos años habían dado paso a mi nueva figura consolidada a los 24. Desde entonces siempre había llevado el pelo corto.  Pero Jaejoong....no había llevado el pelo tan corto en toda su carrera.

Vimos uno de los recopilatorios que la compañía nos hizo como regalo en la despedida hacia unos años. Había tantas y tantas imágenes divertidas de todos…. Sabia que Jaejoong disfrutaba muchísimo de verlo, y en el cuartel no se podía.

Los psicólogos nos habían prohibido hacer ciertas cosas, pero yo no hacia caso alguno.
Aún no sabían que viviría con Jaejoong, me lo habrían prohibido.

También nos dijeron que no viéramos estas cosas….seguramente el psicólogo de Jaejoong no le dejase ver este video, pero…yo solo quería hacerle feliz.

Yo me había visto hasta el aburrimiento el video, ya que en la parte del cuartel donde yo estaba, podía hacerlo, era menos estricto y mas administrativo.

Comíamos palomitas..sentados en el pequeño sofá con los pies sobre la mesilla de te. Esparramados sobre el sofá como siempre solíamos hacer todos en casa.

Jaejoong se reía y comentaba los videos, mientras yo no podía hacer otra cosa mas que observarle, sin poder hacerme a la idea de su nuevo aspecto.

Después de habernos bebido ambos unas 4 cervezas, de repente, sin querer, lo hice.

Como mucho tiempo atrás, una noche, con alcohol en mis venas, en la intimidad del salón, mientras miraba su conocido perfil, y lo extraño para mi de su aspecto, alargue una mano hasta su mejilla, y toque su áspera piel cubierta de vello con mis dedos. Para asegurarme de que estaba allí.

Recordé las veces que le había visto afeitarse, durante años…

…dios mio……Jaejoong ME había enseñado como afeitarme…

.. de hecho, el lo hizo por mi, la primera vez hace tantos años…..

La confusión invadió mi mente una vez mas. Sentía extrañas cosas en mi cuerpo…

.....mis sentimientos por ti, se retorcían, se agitaban…

....cambiaban de tonalidad hacia un afecto fraternal, luchando con el deseo que nacía de mi al observar tus labios y tocar tu mejilla.

El remolino de sentimientos se hacia tan fuerte que me costaba respirar. Me seguí acercando casi sin darme cuenta hasta que mi aliento rozo tu mandíbula. Y ahí estaba esa punzada en mi estomago….esa opresión en mi pecho:


Deseaba besarte.


Deseaba cerrar los ojos y hundir mis labios en tu cuello…

… una vez mas…

…sin preguntarme por qué.



Cerré los ojos reprimiendo un sollozo.



Apoyé mi frente sobre tu hombro, y recargue mi peso.

Tu lo notaste y no dijiste nada, te quedaste donde estabas, bebiendo de tu botella, mirando la televisión. Mientras yo apretaba los nudillos para no abrazarte, ni tocarte, que era lo que mis brazos luchaban por hacer.

El roce de tu piel…era el mismo, la firmeza de tus hombros….

Me quede allí con mi cabeza recargada sobre tu hombro, sintiéndome feliz de tenerte junto a mi, de notar tu calor.

En aquel momento pensé que eso era bueno, que me resistía a lo que sentía por ti…que equivocado estaba…

...esa era la peor señal de todas.


“lo siento, jaejoong, lo siento.”


Después de todo, a pesar de la distancia y el tiempo...ni siquiera ahora no puedo  llegar a quererte como tu quisieras…..como yo quería quererte en un principio. Resultaba tan irónico, que de alguna manera todo ocurriera al revés ahora…

Yo estaba luchando por que mis sentimientos volvieran a lo que eran, antes de aquella noche…

Pero seguían ahí..solo que unidos a mucho mas.

Hacía tiempo que no bebía, a diferencia de ti, y por eso me quedé dormido sobre tu hombro sin saber cuándo.



Y esa fue la última vez que hicimos algo juntos en casi 2 semanas. Por las mañanas salías mas temprano que yo, por las noches volvías tan tarde que a veces no podía dormir hasta que no escuchaba el sonido de la puerta.

No te dije nada porque me sentía culpable. Pensé que era tu reacción o castigo a mi extraño comportamiento de aquél sábado.

Recordaba perfectamente que me habías dicho que solo querías vivir conmigo a condición de que aceptara que todo había cambiado. Y durante todo ese tiempo, moría de miedo pensando en que en cualquier momento me dirías que te querías ir.


Pensé durante todo aquél día que no sabía donde estabas, como abordar el tema y saber el por qué de tu ausencia.

Mis padres me habían llamado para que me fuera a seoul a pasar el fin de semana con ellos, pero les puse una excusa.

Quería verles pero temía que cuando volviera ya no estuvieras.

Cuando caminaba por el salón, apenas pasadas las 4 de la madrugada de aquel sábado, escuche el chirriar de las ruedas de un coche.

Me asomé a la ventana y las luces de tu coche me deslumbraron. Fui hacia la puerta de la casa y al abrirla, vi como tu no conducías tu coche, y escuché tu risa ebria apagada desde dentro del coche, mientras veía tu figura recostada sobre el salpicadero mientras reías sin parar.

Aquél compañero tuyo que antes de que te trajeran el coche te traía a casa por las tardes, un tipo de rostro simple pero resultón, vestido de calle y de estrecha figura, bajó a trompicones del asiento del piloto y te abrió la puerta del coche para hacerte bajar.

Yo hice el ademán de ir a buscarte para ayudarte a andar y evitarle el trabajo al chico, pero entonces vi como te lanzabas hacia él riendo, rodeando su cuello con tus brazos.

Y algo hizo “snap” dentro de mi. Me quedé clavado donde estaba.
Conocía tus actitudes mejor que tu mismo, y sabía lo que esa significaba. Y me notaba comenzar a arder por dentro....lentamente.

En ese momento llegó un segundo coche con música alta que aparcó detrás del tuyo, tocando el claxon.

Resoplé para conservar la calma y no montar una escena para ordenarles a gritos que se comportaran.

Este era el barrio de mi familia, por el amor de dios. Rechinando los dientes, me mantuve pétreamente quieto en la entrada de la casa observando como aquél maldito idiota te traía hasta casa.

Cuando se acercaron simplemente entré a la casa esperando que le entrara y se fuera lo antes posible.

-Buenas noches.-murmuré sarcásticamente al verles entrar, mientras iba a la cocina a por un vaso de agua para Jae. Sabía que estando en ese estado pronto lo pediría.

-Bbuenas noches.- contestó el tipo. Y Jae explotó en risas de nuevo.

-Calla calla, no digas nada que me echará mas la bronca.- dijiste con la lengua enredada y sin rastro de educación en tus palabras. Aparté la vista al ver como Jae se sujetaba de su cuello más firmemente.

-Toma las llaves del coche....en serio no quieres venir con nosotros a mi casa?- preguntó el tipo en un tono que hizo que se me erizara el vello de la nuca. Miré y le vi apretarte más a su cuerpo con uno de sus brazos

-E.. no- dijo Jae inseguro mirándome de reojo.- Gracias por traerme, iros ya, es tarde-Intentó decir de manera simpática mientras le separaba con ambas manos.

El tipo dejó las llaves sobre una mesa y se acercó a la salida sin solarle la mano, yo me hacía el distraído pero vi como antes de salir le cogió de la cintura acercándole a él.

-Bueno, me llamas mañana?- Le preguntó junto a su mejilla, al oído, en su tono también de borracho.

Jaejoong miró incómodo en mi dirección y eso fue lo peor que pudo hacer...

....su mirada de incomodidad hacia mi, hizo mucho más por hacerme perder los nervios que cualquier actitud de ese estúpido.

-Sisi, venga vete ya, que ni siquiera cogerás el teléfono mañana.- Dijo Jae intentando alejarse de él de pronto. El tipo parecía querer algún tipo de despedida, y se inclinó sobre él.

Sin apenas notarlo mis pies caminaban hacia ellos, cogí con mi mano a Jaejoong de su hombro y le aparté de él bruscamente antes de que sus labios llegaran a la piel de Jae.

Empujé con fuerza al tipo hacia fuera de la casa, hasta hacerle casi caer. Me miró confundido. Jaejoong balbuceó algo que no entendí.

-Ehh... que te pasa amigo?- Me dijo el idiota justo antes de ver mi mirada y helarse de miedo.

Mi mandíbula estaba tensa, apretaba los labios hasta hacerlos casi desaparecer, y deseaba que tan sólo me diera una mínima excusa para liberar esta rabia que me invadía en aquél instante y me ahogaba hasta casi asfixiarme impidiéndome pronunciar palabra.


-No vuelvas a dirigirte a mi de esa forma.- le dije en un tono ronco, mis palabras casi imposibles de distinguir.

Jaejoong intentó sujetarme del brazo izquierdo pero de un tirón le aparté.

-Oye.. que te pasa, solo vamos a despedirnos.- insistió sin dejar de mirar a Jae.

-Jaejoong ya se ha despedido. Sal de mi casa.- le dije a modo de última advertencia, sólo quería que terminara de salir para poder cerrar de una vez la puerta.

Pero el muy idiota, borracho como iba, cegado por la pálida piel y las oscuras pupilas del amor de mi vida, intentó acercarse a él de nuevo.

Grave error.

Y perdí una vez más la cabeza por ti. Simplemente ocurría así, Jaejoong,

¿realmente puede alguien echarme la culpa por eso?

Dime.

Intentó el tipo pasar por mi lado, pero a la vez que te aparté con mi brazo hacia atrás, sujeté al tipo por la camisa y recibió el primer golpe justo en la mandíbula.

Él me miro incrédulo y dolorido, cayendo de espaldas sobre la puerta abierta, que frenó su caída.

Un hilo de sangre salió de la comisura de su boca.

-Changmin, vale ya!! NO es lo que piensas.....- te escuché decir a mis espaldas.

- Me importa una mierda!- bramé.- ¡Ni se te ocurra intentar ponerle una mano encima de nuevo en tu miserable vida!- le grité al tipo. Él seguía mirándome incrédulo.

- Pero... quién eres tu para...?- comenzó a preguntar el muy estúpido. Ésta vez le cogí de nuevo de la camisa golpeándole contra la puerta, y con las dos manos le tiré escaleras abajo fuera de mi casa al fin. El tipo cayó de espaldas y rodó por el césped.


La panda de monos de afuera rieron al verle caer de culo bajo las luces del coche. Ya que no sabían de que iba la cosa y seguro pensaron que se había caído solo.

-Tienes 3 segundos para salir echando leches de mi jardín!!- Le advertí una última vez.

-Changmin!- dijo Jae.

-UNA!

-Jaejoong ah, se puede saber qué demonios le pasa??- preguntó enfadado y confundido.

......le llamó.....de aquél modo....


-DOS!

-Changmin vale ya!- me dijo Jae algo preocupado.- No es lo que piensas! Él y yo no tenem...

-Por qué se pone asi? .....-intentó preguntar el otro a la vez.

Ni siquiera dije tres, mientras salía ciego de ira para darle el siguiente puñetazo en toda la cara. Esta vez cayó al suelo.

Pude escuchar las exclamaciones de sorpresa del grupo desde el coche.

-Estás loco? Qué te pasa?- Preguntaba realmente asustado ya, mientras me tiraba sobre él pegándole de nuevo.

-te he dicho que te largues de mi casa!- le grité.- Se te va ya la borrachera? – Le pregunté cogiéndole de la camisa ahora salpicada de sangre de nuevo para levantarle y acercarle a mi cara.

-Changmin ya basta!- Dijo Jaejoong aún sin salir de la casa.

-Vamos a ver si ahora me escuchas......como me entere de que has intentado si quiera ponerle de nuevo una mano encima.....de cómo te dejaré la cara no podrás volver a salir a la calle en tu vida!-Dije soltándole.- Asi que sala tu culo y ese cacharro de coche de mi jardín ahora mismo sin molestar a mis vecinos, o te juro que no saldrás de aquí respirando.

Parece que mirar mi cara de desquiciado de cerca, le había convencido casi más que mis golpes. Me aseguré de que ni siquiera se volviera a mirar antes de salir de allí a paso rápido y ahora algo menos borracho.

Jaejoong me miró incrédulo mientras entraba de nuevo en casa y cerraba la puerta tras de mi. Al tiempo que todos se iban de allí en el otro coche, sin hacer ruido.

Le vi echarse una mano a la cabeza mientras fui de nuevo a la cocina. Volví y le tendí el vaso de agua. Pensé que sería lo suficientemente prudente como para guardar silencio. Pero iba borracho.

-Changmin ah, estas loco...como has podido hacer eso?? Ese chico me hacía el favor de traerme en coche cada día antes de....- comenzó a decirme en tono quejicoso sin coger aún el vaso.

- Esta claro por qué te hacía los favores...- Dije irónicamente. Jae resopló.-No sólo te dedicas a no dirigirme la palabra en semanas, ¿además tienes que rebozarme a este imbécil por la cara en mi propia casa?

- Ya te he dicho que no es lo que piensas.....-

Quería decirle que me daba igual lo que hiciera, quería decirle que no tenía por qué darme explicaciones..

….quería mentir.....pero esas palabras se negaban a salir.- él mismo se quería tomar libertades yo....

- ¿Intentas decirme que no lo viste venir? – le pregunté haciéndole callar una vez más.....Para ese momento yo ya había visto por las obviedades que con certeza no fue mi actitud de esa noche lo que le había alejado de mi estas dos semanas....y en realidad no sé que dolió más.

En el fondo no quería seguir con esta conversación porque no quería explicarle como me había sentido.....al ver a otra persona con sus sucias manos sobre él....sobretodo otro hombre.... quien hacía delante de mis ojos justo lo que yo intentaba reprimir. Lo sentí tan doloroso e injusto.

Si yo no podía tocarte.....ningún otro hombre podía.

Eso era un hecho.

-Tengo sed.- dijiste tiernamente, en un susurro. Te tendí en silencio el vaso una vez más. Lo cogiste de entre mis manos y comenzaste a beber.

Te miré.

Con tu gorra puesta, tu camiseta ajustada de tirantes que provocaba hasta a las piedras, tus pantalones caídos y tus playeras. Tus piercings brillantes sobre tu oreja, tus labios rosa apagado, tu blanca piel y tus revueltos ojos, grandes, hermosos y oscuros...

....como nuestro secreto.


Te miré beber agua inocentemente. Y me maldije mil veces a mi mismo por sentirme como me sentía en aquél instante.

¿Cómo podías importarme tanto?

Sin darme cuenta, te quité la gorra y hundí mis dedos en tu pelo oscuro y suave.

Tu no dejaste de beber hasta que no terminaste el vaso.

-¿ha pasado algo?- pregunté no sé por qué. Tu seguiste mirando al suelo y me devolviste el vaso. Te tambaleaste un poco hacia mí, y yo tuve que clavar mis uñas en el vaso para no soltarlo y rodearte entre mis brazos, y no volverte a soltar nunca más.

-Será mejor que me vaya a la cama....no me encuentro bien.....- dijiste en un susurro mientras andabas tambaleante hasta las escaleras que llevaban al segundo piso.

Yo respiré al fin al verte subir del todo. Intentando soltar toda la tensión que había en mi hacía unos momentos.

Dejé el vaso en la cocina. Cogí las llaves de tu coche y salí fuera dispuesto a aparcarlo en el garaje. Quería mantenerme activo, distraerme, ocuparme, para no correr escaleras arriba, aprovecharme de que estabas ebrio y devorarte a besos sin dejarte rechistar.

Aparqué correctamente tu coche en el garaje, intentándolo varias veces, volviendo nerviosamente hacia atrás y hacia delante para dejarlo recto al milímetro, desesperándome en cada nueva frenada, en cada nuevo acelerón, recordando a cada segundo aquella mano ajena sobre tu cintura, aquellos inmundos labios acercándose a tu piel....


Finalmente frené y golpeé con ambas manos el volante con fuerza, e incliné mi cabeza sobre ellas. Apretaba los dientes intentando reprimir un sollozo, un grito de desesperación que liberara mi pecho de tanta frustración.

Pero el grito no salía. Sólo las lágrimas silenciosas caían.

Sentía que mi vida era como un coche en marcha sin frenos y sin piloto. Con el peligro constante de chocar contra cualquier cosa o salirse del camino.

Había perdido por completo mi identidad.

No podía rehacer mi vida sin ti.

Estaba seguro que ningún otro hombre....ni ninguna mujer...... me satisfacería en mi vida.

A parte de ti, Jaejoong, ¿Qué me quedaba?

Me habías robado el alma........

Para mi eras mentor, hermano, compañero, amante, primer amor..... y más puro.... el único.

Aunque en el fondo ya lo supiera, había intentado engañarme todos estos años atrás, intentando pensar que podía seguir adelante sin ti, en cualquier sentido.

De que me había hecho un hombre, independiente, fuerte….que me había convertido en lo que siempre quise ser. En lo que siempre quisiste que fuera.


Lloré y lloré sin poder evitarlo, como aquellas primeras veces lejos de casa y sintiéndome solo, al comienzo de la carrera.

Cuando me cansé, mareado y dolido, congestionado de tanto llorar, volví a entrar y fui directamente a dormir.

Pero me resultó imposible. De modo que en un arrebato cogí las llaves de mi coche y conduje hasta seoul. Hasta casa de mis padres.

Y pasé allí el domingo esforzándome en olvidar cualquier cosa que me hiciera daño. Sintiéndome protegido.

Cuando volvía sobre las 10 de la noche a casa, vi una llamada perdida tuya. Y me apresuré aún más en volver.


La llamada había sido sobre el mediodía. Quizá cuando te habías despertado y no me habías visto en casa. Cuando llegué las luces estaban apagadas. Subí a cambiarme y ducharme, y al entrar en el cuarto de los ordenadores vi el tuyo que siempre te dejabas encendido.

Y mi intuición hizo el resto.

Debería haber imaginado que una de las primeras cosas que haría sería mirar los foros de las fans en internet, ya que nos lo tenían prohibido en el cuartel.

A Jae le encantaba saber qué pensaban y decían de él a cada momento. Así había regido su vida durante muchos años.

El gran problema era que no encajaba bien los malos comentarios. De hecho no los encajaba. Era demasiado sensible a ellos. Y esta había sido precisamente la causa numero uno de todos sus problemas desde el comienzo de su carrera. Sus altibajos, sus cambios de humor.

Por eso mismo, su psicólogo le había prohibido específicamente echarle un ojo a todas esas páginas web.

Y lo que más me temía había ocurrido.

Entre las páginas web que había mirado sin descanso las últimas semanas, encontró fotos clandestinas de él dentro de la base con un aspecto parecido al que llevaba. Serían de quizá hace un mes.

Aunque muchas fans decían que le veían estupendo, comentarios vacíos en muchos de los casos, muchas le criticaban duramente. Y eran las que más abundaban.

Por esta razón no le dejaba el psicólogo que lo viera.

Yo ni siquiera me molestaba en mirar esas cosas ya. Pero resultaba un adictivo hábito para él.


Y así habíamos vuelto a los mismos comienzos......cuando nadie podía saber que pensaba si quiera.

Cuando se cerraba en banda para el mundo entero, incluso mucho más que yo.

La diferencia es que a mi me costó, pero una vez me abrí no volví a cambiar.

Jaejoong, volvía a caer en estas actitudes muy a menudo con nosotros.

Tantos años a su lado.... y no era capaz de decirme que le habían destrozado los comentarios.

Y yo sabía que no eran por los comentarios en si, había leído cosas sobre él mucho peores. Era porque él así lo creía.

A pesar de que se me hacía raro, deseaba correr a su lado y decirle que se equivocaba, que podía estar atractivo en el momento que quisiera.
Que su imagen, o al menos la imagen que siempre había dado, no encajaba con estar en un cuartel.

Pero dudaba que todo eso le valiera.

Aún así, fui silenciosamente hasta la habitación, subiendo las escaleras a zancadas.

Cuando entré, muy sigilosamente, le observé, aún no estaba dormido,estaba sentado de espaldas a la puerta, frente a la ventana, con la persiana subida. Miraba algo entre las manos a la luz de la luna.
Algo faltaba en la repisa de la ventana.

Era una foto mía con 13 años. Un poco antes de debutar, tenía mas o menos el mismo aspecto que entonces.

Me quedé quieto donde estaba, observándole en la oscuridad.

Miraba fijamente mi foto. Era una en la que salía sonriendo con mis hermanas, en un fin de semana que fue la familia de viaje.

Acercó una de sus anchas manos, y acarició la parte del cristal que estaba sobre mi cara, sobre mi mejilla plasmada en la foto. Con sus fuertes dedos sobre el frío cristal.

Me acerqué a él hasta que notó mi presencia. Me quedé de pie junto a él, tapando la tenue luz que entraba por la ventana e iluminaba lo que había entre sus manos.

Levantó la cabeza y a la luz pálida de la luna pude ver sus ojos brillantes de lágrimas que nunca saldrían.

-Changmin ah.......- susurró al verme.- Al menos tú......aún me quieres verdad?

Yo apreté los puños para evitar moverme del sitio. Para evitar dejarme desarmar por esa mirada. No había fragilidad en ti, había abandono.

Y me dolía Jaejoong, me dolía como si me estuviera envenenando por dentro. Y las manos me escocían, me picaban de no tocarte.

Me arrodillé frente a ti, sin dejar de mirarte a los ojos. Me acerqué un poco mas, entre tus piernas abiertas, y te sujeté de las mejillas con las dos manos, y suavemente apreté con mis pulgares tu piel, para que notaras que estaba allí, y para saber que seguías ahí, que seguías siendo mi Jaejoong.

-¿No lo sabes ya?- Te pregunté sin poder evitar que me temblara la voz.- ¿NO lo sabes ya?- te susurré acercándome a ti.- Mientras yo siga respirando..-susurré con determinación frente a tus labios.-....nunca estarás solo.

-Changmin ah....- comenzaste a decir en lo que sonó más a un sollozo o una suplica que a mi nombre, pero no te dejé seguir. Atrapé suavemente tus labios entre los míos para detenerlos.

Para que si se movían, se movieran para mi.

Y sabían igual de dulce, aunque la piel por encima de tu labio estuviera áspera por tu falta de afeitado. Seguía siendo tu boca....tu boca y su adictivo sabor.

El sabor de tu aliento mezclado con soju. Y me incorporé para recostarte sobre la cama echando el peso de mi cuerpo sobre ti.

-Changmin ah...tu  estás tan guapo como siempre..- lograste decir entre mis labios, mientras colabas una de tus manos bajo mi camiseta.

Tocaste el pecho que tanto te gustaba, ahora mi piel estaba aún mas oscura de lo que estuvo antes. Tersa y suave...para tus manos.

Me apoyé sobre las rodillas y me quité de una vez la camiseta. Tu te quedaste quieto mirándome a contra luz sin saber si seguir o no.




¿Tenías miedo?

Yo también.

Pero no me importaba nada.




Te cogí de las manos y coloqué las palmas sobre mi pecho. Una de ellas subió por mi cuello y la besé, mientras tocaba tu firme vientre y levantaba tu camiseta. Te la quité a tirones, y justo después mis labios volaron a aquél hueco que habían deseado tanto, aquel delicioso lugar sobre tu cuello, justo detrás de la oreja. Ese al que tenía que acceder apartando tu cabello y ahora al fin estaba despejado para mí.

Así que arañé con mis dientes de arriba abajo la piel de tu cuello dejando que mi lengua humedeciera todo a su paso impregnando tu sabor en ella.

Que necesitado estaba de esta sensación. NI siquiera yo lo sabía.

Gemía junto a tu cuello, junto a la piel sobre tu clavícula, desesperado por robarte hasta la última gota de sabor en tu piel.

Tu calor me recordó, que me había hecho un hombre enredado en tu cuerpo.

Que era esclavo de tus besos, esos que ahora repartías sobre mis hombros.

Te bese con la misma desesperación, arrasando tu pecho, hasta llegar a uno de tus erectos pezones...no pude evitar morderlo con todo el cariño. Tan suave y duro.. no me cansaba de jugar con él, de rozarlo contra mis labios.

Quería comerlo y succioné haciéndote gemír aún mas.

Bajé mi mano tocando el resto de tu cuerpo, hasta llegar a los pantalones de camuflaje que llevabas. Ahora tus caderas sostenían los pantalones, y acaricie los huesos cubiertos de tu fina piel, hasta colar por completo mi mano por debajo de tus boxer negros. Tu miembro estaba tan endurecido como en sus mejores momentos.

Me llené la mano con él, acariciándolo como sólo yo sabía.

Mientras te tocaba no podía evitar restregar el mio propio contra tu muslo, mi excitación creía y crecía por momentos.

Me arrastraba y no me dejaba pensar….

Y cada vez era más difícil contenerme. Besé todos los músculos que ahora lucías en tu abdomen, para arrancar el estúpido botón de tus pantalones de un fuerte tirón con las dos manos. Noté como tus caderas se estremecían, y con una mano aparté la molesta prenda elástica de ropa interior que escondía tus mejores encantos de mi boca hambrienta.

Si, Jaejoong.

Hacía mucho tiempo que no hacíamos todo esto, mucho mucho tiempo.

Pero Sabías igual que yo que llevaba sin hacerte esto en concreto mucho más.

Por eso te estaba escuchando gemir sobre las sábanas antes aún de que empezara.

Por eso tu mano tironeaba de mis pantalones para sacarlos, por eso tu solo me ayudabas a quitármelos con una sola mano, porque con la otra ya estimulabas mi sexo, para volverme absolutamente loco y hacer de mí lo que quisieras.

Ya sabías bien lo que tenías que hacer conmigo.

Para provocarme....para llevarme al límite....


Me incliné sobre tus caderas, y sujeté tu miembro para estimularlo y jugar con él, mientras mis labios se acercaban a tu entrepierna y con mi boca atrapaba tus testículos.

Emitiste uno de esos roncos gemidos que me arrancaban una sonrisa de los labios. Succioné con mi boca para torturarte un poco más, y me alejé.

Ya te tenía donde quería, jadeando, con las mejillas encendidas, y con esa mirada suplicante en tus ojos morenos.

Ahora esta imagen tan masculina de ti sólo lo hacia todo mucho más salvaje.

Yo no podía dejar de jadear mientras me tocabas, tal y como a mi mas me gustaba, teniéndome al borde.

Sin dejar de mirarte a los ojos, me puse a horcajadas sobre ti y sujeté tu palpitante miembro de la manera mas posesiva posible, y sin perder el contacto con tus ojos, le di la mejor de mis caricias con mi propia boca.

Escuché mi nombre de tus labios, una vez mas, y cerré los ojos para no perder detalle de su sonido.

Y al cerrar los ojos, por un momento, pareció que el tiempo no había pasado. Y estábamos en uno de esos lugares...perdidos del mundo....rincones hechos sólo para nosotros. Cuando vivíamos lo más alto de nuestra carrera....en el mismo limbo.

Dejé que mi lengua se moviera para saborearte, una y otra vez hasta que me quedara satisfecho.

Y no abría los ojos para notar cada uno de tus sonidos que me hacía casi estremecer, que me llenaba una y otra vez de ganas.

Si quería....sabía como hacer que todo terminara en un momento. Asi de bien conocía tu cuerpo.

¿Cuánto tiempo llevabas sin notar una boca sobre tu piel?

¿Desde antes incluso de entrar al cuartel?

Deseaba creer que esa última persona que tocó tu cuerpo hasta el dia de hoy era yo, pero lo dudaba.

Entonces, tu mirada perdida se fijó en mi. Hacía tiempo que no me mirabas a los ojos mientras te hacía esto que tanto te gustaba.

Y empuñando tu propio miembro, empezaste tu juego favorito: darme de comer.

Tu cuerpo, tenso, agitado, temblaba de excitación, cuando acercabas lentamente el dulce a mi boca.

Lo humedecías lentamente acariciando mi lengua con ello....rodeando la superficie de mis labios, piel contra piel, suave y ardiente.

Te deleitabas con la visión de tu miembro paseándose por mi boca.

Te hacía suspirar y temblar de una forma incontrolable, exquisita para mis sentidos.

Recorría incansable con mis manos tu cuerpo, tus muslos y tus caderas, tu pecho...... dispuesto a no perderme el tacto de ni uno solo de tus músculos en tensión.

Comenzaste a dejarte llevar, murmurando palabras obscenas....

...comenzaba mi parte favorita....

.esa en la que gemías casi como un gato y te revolvías sobre las sábanas perdiendo de vista el mundo. Abandonándote a mi merced.........

Cuando comencé a notar que en cualquier momento terminarías, abandoné mi tarea rápidamente y cubrí tu cuerpo con el mío.

Tenías mi cuerpo tan al límite con tus roces, que pensaba que en cualquier momento me prendería en llamas.

Me acomodé sobre ti, y busqué ciegamente tus labios.

Dejé que nuestras bocas se acoplaran juntas así como nuestros cuerpos lo hacían.

Noté tus brazos rodeándome, nuestros miembros rozándose, mientras rodábamos por mi cama, pataleando para liberarnos de los pantalones en nuestros tobillos.

Revolvía tu corto pelo con mis manos, como solía hacer....repartiendo besos por cualquier lugar de tu cuerpo a mi alcance, perdiéndome en este remolino, esta marea......


...........esta inacabable tormenta que formaban nuestros sentimientos.



Para mí, esto era el paraíso.





CONTINUARÁ~~~~~~~~~~~~~~