SoulFighter Storm Capítulo 4. Sapporo

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Nota de la Autora: Éste es mi capítulo favorito por excelencia.... >.< y el siguiente....el nombre de este capítulo vino por petición popular... originalmente no nombraba los capítulos pero... esta parte siempre se le llamaba asi, asi que....Sapporo...(antes pensaba.. cerveza!XD pero ya no.. jajaja)



Soulfighter Storm

Capitulo 4 . Sapporo



Changmin se dejó caer una vez más sobre la cama de su habitación de hotel.

Sabría que aquella noche tampoco podría dormir.

Las ojeras eran kilométricas, pero gracias a dios este último trabajo de mañana era en la radio.

Con miedo pero impaciencia, sacó su movil del bolsillo del pantalón. Lo había desconectado de nuevo desde que había hablado con Junsu esa misma tarde.


Tal y como pensaba..... había veinte mil mensajes de Jae, y llamadas... e incluso una llamada de Yunho.

Suspiró y dejó el movil sobre la cama, sintiendo como todo se le echaba encima.

No sabía que contestarle ni sabía qué podía hablar con él si le cogía el teléfono.

Desde que llegó allí, Cada noche, cuando dormía.... en sus sueños, volvía corriendo a la sala de grabación, y le abrazaba.

Ese no era el peor sueño de todos.

En el resto.... Jaejoong estaba en aquel sofá blanco del photoshot, con aquella misma ropa....sólo que.......comenzaba a quitársela lentamente.

Veía en primer plano, cómo las propias manos de Jae se colaban por debajo de aquella fina camiseta de rayas, mostrando su plano y suave vientre, coronado por el brillo de aquél metal que atravesaba su piel. Lentamente movía sus hombros sin incorporarse del todo; hasta que la chaqueta negra liberaba su redondeado hombro, tirando del cuello de la camiseta para mostrar su clavícula y más superficie de su irresistible pecho, tensando su cuello para apartar la chaqueta por completo de su cuerpo, dejando escapar aire por la pequeña abertura de sus labios.

Y cuando se comenzaba a desabrochar el pantalón, por alguna inexplicable razón él ya estaba allí, y veía sus propias manos unirse a las de él, colándose entre medias de la cremallera abierta, saliendo de nuevo, las cuatro manos tirándo suavemente de las telas.

Jaejoong le miraba así.... con esa mirada que hubiera querido no ver nunca.

Gimiendo como sólo él podía....


Incluso despierto podía oírlo.

Cada mañana se despertaba... empapado en sudor y.... pura vergüenza.



Y ya sólo le quedaba una pregunta....

¿Se trataba de algún tipo de fijación por Jaejoong?

¿O es que él siempre había sido así....y nunca lo supo?


No le hacía falta respuesta para la segunda pregunta. Él lo sabía. Nunca se había sentido así.

Pero entonces....

¿donde terminarían estos estúpidos efectos secundarios.... esta agobiante obsesión por él?

Se levantó de la cama de golpe intentando sacar esos pensamientos de su mente, y se quitó el abrigo. Miro la hora, era pasada la medianoche. Decidió conectar el portátil y distraerse por internet, cuando llamaron a la puerta.




Y ahí estaba.




Calado de agua de arriba abajo, sin paraguas, sin ninguno de sus sombreros, con su pelo color trigo pegado a su cara, jadeando.


Por unos instantes Changmin pensó que se lo estaba imaginando.


- ¿Me vas a dejar entrar?- Preguntó Jaejoong tiritando un poco, mientras se acercaba a la puerta. Changmin le abrió paso y Jaejoong comenzó a quitarse la bufanda y el abrigo. En la habitación había bastante calor.

- ¿Qué demonios estás haciendo aquí?- preguntó Changmin en un hilo de voz.- ¿has venido solo?

- Si.- Contestó Jaejoong quitándose también la sudadera que llevaba. Se había calado hasta los pantalones.

- ¿A qué has venido?- Le preguntó completamente desconcertado.

- Creo que lo sabes bien.- Le contestó mirando hacia el movil que estaba abierto sobre la cama.

Changmin no contestó.

- Changmin....

- Lárgate!- le gritó interrumpiendo, temblando para controlar sus nervios.

- No!- Replicó Jae subiendo el tono de voz.- ¡Dime qué es lo que tengo que hacer....!

Changmin se sobresaltó al escuchar la fuerte voz de Jaejoong en sus oídos, resonando en las paredes de su habitación.

Realmente estaba allí.

-Estoy haciendo mi mayor esfuerzo, pero no esta dando resultado.- continuó Jaejoong con una fiera mirada bajo esos mechones de pelo empapados.- Estoy haciendo mi mayor esfuerzo para dejarte tranquilo, que esta tormenta pase..... pero lo único que siento es que estamos más lejos.. y no soy capaz de soportarlo.

- Deja de decir bobadas Jaejoong, ¿Has venido en plena noche hasta sapporo, cuando vamos a volver en 1 dia, solo porque no te he contestado unos e-mails??- le preguntó Changmin con todo el desdén que pudo exteriorizar para intentar que Jae no continuara con ESA conversación.
Jae le miró fijamente más intensamente que cualquiera de sus miradas hasta el momento. Changmin supo que no le detendría.

- Si nunca te ha importado lo que ocurrió..... ¿Entonces por qué parece que no puedas olvidarlo y dejarlo atrás?? ¿Por qué no puedes perdonarme entonces?- paró para recuperar el aire, no había bajado el volumen de la voz en ningún momento.- ¿Tu puedes estar así? Dime! ¿Puedes?

- ¿ y de quién es culpa todo esto eh??- Changmin se pensó de nuevo esas palabras después de decirlas. Estaba implicando que Jaejoong era el culpable de todo.... pero.... ¿realmente podía decir eso?

Aprovechando el silencio, le miré por completo por primera vez desde que había entrado. La camisa blanca que llevaba, se pegaba a su cuerpo y se transparentaba. Como siempre, llevaba desabotonados los primeros botones. Sólo llevaba encima aquella estúpida camisa.

Su pelo estaba empapado, de las puntas doradas caían gotas de agua una detrás de otra que rodaban por su cuello y se perdían por su pecho y su espalda. Quería mirar hacia otro lado pero no podía. No podía.

- Pensé que me odiarías, que lo olvidarías... tú que eres más rápido que nadie para olvidar lo que no te gusta.... - dijo Jaejoong recuperando su tono normal de voz.-Haz lo que creas que debes hacer..... pero acaba con esta situación de una vez.... - volvió a mirarle de nuevo a los ojos, pero era como si Changmin ya no estuviera allí. Su mirada le confundía, parecía perdida en algún punto indefinido de su persona.Jaejoong ya no sabía qué mas podía hacer.-Si quieres pegarme hasta que te quedes a gusto, si quieres no volverme a hablarme y quieres que me vaya de la casa, o incluso...... si quieres que me disculpe por lo de aquella noche, lo haré, aunque no me arrepienta.... pero


- Calla!!- Le ordenó Changmin. Esas últimas palabras de Jaejoong le habían hecho temblar como si estuviera tan empapado como su hyung.






Changmin entonces de improviso me acorraló entre sus fuertes brazos y la pared que tenía detrás. Yo miraba a algún punto perdido más allá del hombro de Changmin, al fondo. Sin entender áún qué estaba pasando.

Estaba nervioso. Podía sentir la mirada de Changmin sobre mí, quemando mi piel. Pero me tenía completamente desconcertado, no me atrevía a mirarle a los ojos. Atrapado entre su cuerpo y la pared, le escuchaba respirar deprisa frente a mí, parecía tomar mi ofrecimiendo de desahogarse dándome una buena paliza y liberar su odio.

- Si... crees que te ayudará en algo.... haz lo que creas conveniente. – Le dije. Ya no sabía por dónde podía salir. Si deseaba estrangularme, gritarme, golpearme, disculparse... no lo sabía.

Por eso, cuando en un abrir y cerrar de ojos pasó toda su lengua desde mi hombro hasta mi oreja, sin prisa pero sin pausa, me estremecí de arriba abajo por la sorpresa.

Intenté balbucear una palabra, una exclamación, pero él se quedó con la cabeza gacha, junto a mi cuello, respirando rápido por la boca, a través de sus dientes, saboreando las gotas agua que había recolectado de mi piel. La fuerza de su aliento movía mi pelo.

-Min....- Susurré confundido mirándole de reojo. Se echó sobre mí sujetando mi cabeza con las manos, y una vez más, mordió con sus dientes la piel de mi cuello. De aquella manera que nadie me había hecho en mi vida. Ni siquiera me dejó aliento para gemir.

Al fin le sujeté por los brazos, y le coloqué frente a mí para hacer que me mirara. Notaba que no quería mirarme a los ojos. Evitó mi mirada, él sólo veía mi boca. Antes de que dijera una palabra, atrapó mis labios entre los suyos, lamiéndolos de una comisura a otra. Gemí.

Mi Changmin se mordió los labios frente a los míos al escucharme. Eso le gustaba.



Y me detuve ahí, tratando de respirar frente a su boca, tratando de frenar los mil impulsos que me invadían y me harían comer cada parte de su piel.
Quería probar el sabor de cada gota de agua sobre su tibia piel.

Pero no quería dejarme llevar de esa manera. Odiaba la sencillez con la que él liberaba esta parte de mi que no imaginaba que existía. No quería saber de lo que era capaz.

-Jj.....- Murmuré sin poder continuar. No era capaz de pronunciar su nombre mientras hacía algo como aquello. No podía conectar lo que había sido hasta hace poco nuestra amistad, nuestra vida, a parte de la nueva dimensión que aparecía cuando cruzaba esta línea prohibida.

Él aún me sujetaba de los brazos. Con fuerza. Sabía que ya no me dejaría ir.
Me miró con descaro y bajó sus manos hasta la cintura de mi pantalón.



Quería ver hasta donde podía llegar, no estuve tan seguro de lo que yo mismo quería hasta aquél momento... quería verle caer caer caer.... quería volver a disfrutar de esa mirada nueva en sus ojos....

...... necesitado de mí, con esa mirada suplicante, brillante de deseo. Atrapado. Mío.

Y en un solo gesto, junté con firmeza sus caderas contra mí, para dedicarle uno de mis mejores movimientos. Le miré curioso de ver su reacción. No se hizo esperar; aprisionó su cuerpo contra el mío lentamente, hasta dejar mi espalda en completo contacto con la pared. Hizo algo que nunca había hecho hasta ahora. Aún mirando sólo a mis labios, tímidamente pero con fuerza apretó su cuerpo contra el mío.

Presionó con fuerza y lentamente, enganchando los botones de nuestros pantalones con el roce. Humedeciendo su camiseta con la mía. Un profundo suspiro se le escapó de los labios, y se perdió en mi boca.

Y la satisfacción de haber ganado de nuevo recorrió mi cuerpo, juntándose con el resto... haciendo aparecer esa sonrisa en mis labios.

Y por fin, ahí estaba esa mirada. Sólo para mi.



Quería estar más y más cerca... acercarme hasta dejarle sin aire en el cuerpo, hasta que sólo le sintiera a él. Notaba como mi ropa se iba humedeciendo, como las gotas que rodaban desde su pelo caían por mi cuello, por mi mejilla.... y entonces sus labios.

Recogió con su boca una gota de agua que caía por mi mandíbula. Después una en mi cuello... y otra y otra y otra más. Y supliqué en mi mente que liberara su lengua sobre mi piel. Y así lo hizo.

Sintiéndome...como cuando ni siquiera puedes explicar con palabras lo mucho que necesitabas una sensación. Cuando los suspiros se agolpan en tu pecho y no te dejan respirar.

No se cómo una de mis manos fue hasta su nuca. Sabía que no le gustaba pero revolví su pelo. Quería decirle que no se apartara de mí. Quería que las luces de aquél lugar se desintegraran, y a la vez quería que me llenaran de lucidez. Si las sombras ocultaban mi cuerpo una vez más no sabía lo que podría llegar a hacer.

El sonido de unos gemidos desconocidos llegaron a mis oídos. Eran míos.

Nunca había escuchado así el sonido de mi propia voz.

Jadeaba como aquella noche, como se me hacía vergonzoso recordar.

Gemía de un placer que yo no controlaba...

Noté unas manos frías y húmedas bajo mi camiseta. Aquellas sensaciones que recordaba, las sentía ahora más fuertes, más reales.
Sin dejar de besar mi cuello, notaba como aquellas curiosas manos recorrían mi espalda, no pude evitar sentir escalofríos....de excitación.
Mi sexo hervía bajo mis pantalones, presionando dolorosamente contra la cremallera.

¿qué estaba haciendo?

¿Estaba en otro de esos sueños?

Jaejoong me desabotonó la camiseta que se abría sólo hasta la mitad. Y sin miramientos apartó la tela de mi pecho y hombros, para clavar sus pequeños y suaves labios allí.
Traté de reprimirlo hasta aquél momento, pero mis caderas se movieron sin poder evitarlo. Cuando él lo notó, bajo sus manos hasta mi trasero y lo apretó contra él.

Y yo necesitaba que el roce fuera continuo. Jadeando sin descanso, volví a aprisionarle contra la pared. Y él no dejaba de tocarme, no paraba. Mis roces se hicieron cada vez más violentos. Podía notar su erección, paralela a la mía, rozando en un costado. Y bajé tímidamente una mano hasta su cintura, y logré colarla debajo de la camiseta para tocar su piel húmeda y fresca, como un bálsamo para el ardor que sentía. Seguramente el notó lo que pasaba antes que yo por mis gemidos.

Cuando me quise dar cuenta, estaba apretando los dientes mientras sacudía mis caderas con fuerza contra él.
COn mi frente sobre su hombro húmedo y descubierto, movía mis caderas desesperado contra las suyas sin descanso, jadeando como un sinvergüenza contra su piel, escalando con mi mano sobre su pecho, una de mis manos presionando su nuca para sentir con mas fuerza sus labios sobre la piel de mi cuello que él besaba sin descanso, hasta que noté sus jadeos justo sobre mi oído, cuando mordió el lóbulo de mi oreja.

Mi cuerpo tembló y apreté más los ojos ya cerrados, sus manos apretaban mi trasero contra él, ayudando con fuerza en mi frenético movimiento contra su cuerpo.
Él susurró mi nombre contra mi oído cuando notó que mi cuerpo se tensaba.
Ahogué mi profundo gemido llenando mi boca con la fresca y trémula carne de su hombro, mordiéndolo y saboreándolo en éxtasis mientras notaba los labios de Jae besando suavemente la piel de detrás de mi oreja

Yo intenté recuperar el aliento, profundamente sorprendido de lo que acababa de suceder, abriendo los ojos como platos y realmente no viendo nada. Mientras notaba sus manos recorrer dulcemente mi espalda encorvada.

- Changmin... tú.- Murmuró Jaejoong cuando comencé a separarme de él. Quizá había notado esa cálida humedad entre nosotros. Sus manos volaron hasta mi pantalón pero le aparté.

- NO.... mejor ahora no toques...- le pedí. Él aún sorprendido se alejó de un paso al lado, para dejarme el camino libre al baño.

Sin pararme un segundo a mirarme, me saqué la ropa de una vez y me metí de un salto a la ducha. Dentro ya, el cansancio se me vino de golpe encima. El agua estaba helada, se me había olvidado regularla, pero apenas la sentía. Notaba como el agua limpiaba mi cuerpo de la capa de sudor que la había ensuciado en tan sólo minutos...y de algo más...ni siquiera quería mirarme.

¿Qué acababa de hacer?

¿Cómo iba a salir yo ahora del baño??






V. 1.7.


Al cabo del rato sin que mis mejillas perdieran el rabioso color rojo, le escuché llamarme desde el otro lado de la puerta.

- ¿Estás bien?- preguntó algo preocupado.

- Si, es hora de dormir.- COntesté yo algo inseguro, esperando a no tener que salir de allí hasta que se fuera.

- Pero.. yo no tengo habitación....- me dijo tímidamente, o al menos fingiéndolo muy bien.

Me quedé en silencio, y entonces abrí la puerta del baño, tan sólo con la toalla sobre mi. Le ví allí en el centro de la habitación, temblando un poco, aún empapado. Le había dejado todo este tiempo allí tiritando de frío con toda aquella ropa mojada, sin moverse ni sentarse para no mojar el lugar. COn sus pies descalzos uno sobre el otro para darse calor, sobre la moqueta.

Y me sentí algo culpable por pensar solo en mí. Y en lo que no había podido evitar que pasara...

Suspirando, me metí de nuevo en el baño, sacando dos toallas. Al volver a la habitación apagué las luces.
Él me dejó que me acercase en la penumbra, sin decir nada.

- ¿No has trabajado hoy?- le pregunté dulcemente mientras le desabotonaba los últimos botones de su camisa.- ¿No estás cansado?

Lentamente retiré de sus hombros y su cuerpo la prenda mojada, descubriendo su pálida piel, sus rosados pezones que pedían ser mordidos, aún a la pálida luz de la luna que entraba por la ventana.

- Si- me susurró débilmente. Arrogé la pesada camisa a un lado. Y le eché una de las toallas sobre sus hombros, otra sobre su cabeza, y comencé a frotar con ella su pelo.


- Ni se te ocurra cogerte un resfriado ahora eH?- Le dije mientras reía un poco.

Estábamos solos, no se por qué hablábamos en voz baja.

Lentamente mientras secaba su pelo, se acercó a mi. Sus dedos tímidamente en mi cintura, sus brazos, su torso desnudo contra el mío. Acomodó su cabeza sobre mi hombro y respiró allí. Seguro que notó como temblé.
Mis manos trabajosas sobre su pelo, revolvíendolo y quitando la humedad con la blanca toalla, la que llevaba en sus hombros se deslizó por ellos hasta el suelo.
Le transmití el calor que yo mismo sentía a través de mi piel.

- No dejarás de contestar mis mensajes de nuevo, verdad?- Me preguntó susurrando también. La toalla finalemnte se escurrió de mis manos.

Deslicé mis dedos por su espalda. Le abracé contra mi. Y una vez más alboroté su pelo mientras acariciaba su cuello con mis labios. Notaba el frio metal prendido de su ombligo contra mi vientre.

Después de todo este interminable tiempo de desasosiego, abrazando su cuerpo con fuerza contra mí, sentí mi corazón en paz.

Cuando la calidez de ambos había vuelto a nuestros cuerpos, nos separamos lentamente.

Y...yo estaba sonriendo.

Me alejé de él para meterme en la cama,con la cabeza algo agachada. Estaba agotado y sabía que él también. Mañana no había que madrugar, eso me hacía sentír aún más confortable con la idea de dormir.

Mientras me tapaba,ya acomodado en un lado de la cama, escuché el sonido de la hebilla de su pantalón al desatarlo. La cremallera bajando, los pantalones cayendo.
Me estaba arrepintiendo de pronto de haberle dejado pasar la noche aquí. Debería haber dormido con Yoochun.
Lentamente noté como Jaejoong se metía bajo las sábanas. Recordé que por no quitarme la toalla frente a él, no me había puesto ropa para dormir. Ahora no sabía qué era peor.

- buenas noches- Me dijo en un susurro.

Noté la presencia de su cuerpo semidesnudo contra mí, y la calidez de su aliento me alcanzó con su susurro.
Y Ni siquiera tuve tiempo de responder. Sus labios buscaron a tientas los míos en la oscuridad. Lo sentí como si hubiera sido un verdadero primer beso, recibido de los mismos labios.

Mientras ocurría, sabía que no podría olvidarlo jamás.

Sentir su aliento contra mi boca, su nariz rozando la mía, sus labios moviéndose sobre los míos... lentamente. Con una mano apartó mi pelo aún húmedo de la frente y mis ojos.

¿Desde cuando esa delicadeza inusual en él existía.... al tocarme..?

Desee que aquel beso no acabara nunca.

Sin ser consciente como, deslicé mis manos por la cama ….. Le sujeté por la cintura y atraje su cuerpo al mío lenta y firmemente. Intenté enredar nuestras piernas, juntar nuestra piel. La sensación era mejor de lo que imaginaba. Sentir su piel desnuda contra la mia. Me estaba quitando el aliento, tanto como sus besos.

Él con una mano me desenrosco la toalla de la cintura y tiró de ella. No pude evitar gemir al contacto de más superficie de nuestra piel. Notaba la temperatura de mi cuerpo subir de control cada segundo, y mi piel erizarse por el contacto...notaba todo....todo su cuerpo contra el mio.....

Jaejoong me tenía ahogado en su perfume y su tacto. Cerraba mis ojos en la oscuridad, mi cuerpo temblaba involuntariamente. Nunca había estado en una situación semejante.

Me sentía libre y aterrado, con mi cuerpo desnudo sintiendo el de Jae.

Moviéndose, respirando, ardiendo contra mí. Entre mis manos.

No sabía cuanto tiempo podría estar así, me estaba sofocando de deseo.

¿Era esta la sensación del deseo recorriendo tu cuerpo?
No había otra explicación posible.

Aún así mi cuerpo no se relajaba, todas estas sensaciones me abrumaban, pero no podía alejarme. Fue en ese momento cuando JAejoong comenzó a gemir sin pudor y yo pensé que me volvería loco.

Nuestros sexos ya erectos, se rozaban entre sí, y Jaejoong pasaba una mano sobre ambos, acercándolos más, acariciándolos entre el poco espacio que ahora quedaba entre nosotros. Aquél tibio roce sólo me hacía desear más.

Y le sujeté con ambas manos por las caderas. Mi mano tenía su hueco para pasar entre su cintura y el colchón. Abarcaba casi toda su cadera entre mis manos. Su piel era demasiado suave.

Jaejoong bajó la cabeza y al fin con una mano, rodeó mi miembro.
Abrí la boca con sorpresa sin poder emitir sonido alguno. Nadie me había tocado así jamás. No sabía como sentirme.

Para aquel entonces, nuestros cuerpos, desprendiendo calor ya estaban sudando y nuestra piel comenzaba a resbalar de manera enloquecedora. Cuando Jaejoong atrapó mi miembro, ya estaba húmedo por el sudor de ambos.

Desde su postura de costado frente a mí, era algo complicado mover su mano con libertad, y paso la palma de la mano sobre el glande para sujetarla mejor, eso hizo que mi cuerpo se estremeciera con violencia de puro placer. Y perdió su agarre con la sacudida.

- Umm, lo siento, esto también es nuevo para mí.- Susurró entre jadeos.
Yo le contesté sin abrir los ojos.

- No te creo nada de lo que me digas.- Le dije sin aliento. No creía sus palabras...sabía desde siempre que mi hyung me llevaba casi media vida de ventaja en cualquier tipo de experiencia....no quería creer nada, no quería pensar en nada.
Pero él Llevó sus manos hasta mi cara y me hizo mirarle, aunque estaba tan oscuro que apenas se veía nada.

- Pues créetelo porque es la verdad.- Se defendió fieramente.


- Cállate.- Le dije mientras tiraba de sus caderas hacia mi haciendo chocar también nuestros labios de nuevo.

Pensé que al menos durante esa noche, nunca me cansaría de morder y besar esos labios.
Nunca había pensado asi, pero...
No quería oirle hablar. Sólo quería escucharle gemir y quejarse de placer. Ese deleite para mis oídos, esos adictivos sonidos que salían de sus labios y endurecían mi erección mas y mas.

No sabía que pasaría pero me daba completamente igual, perdí las prisas y las ansias.

Quería sentirle así para siempre.

No quería dejar de sentir su piel ardiente y húmeda junto a mí y su lengua en mi boca, si podía ser, jamás en la vida.

Pero de nuevo la mano de Jaejong amenazaba con ponerle un final a la situación.
Me di cuenta de que no conocía del todo mi propio cuerpo, no había estado tan excitado en toda mi vida. No sabía qué me ocurriría si volvía a sujetarla y la acariciaba como pretendía.
Sentí esa presión ajena de nuevo en mi sexo y gemí con fuerza encogiéndome un poco.

- No sigas…….- Se me escapó en un suspiro sin saber cómo. No sabía si estaba demasiado sensible o qué me pasaba, pero el placer que me provocaba casi dolía.

Mis volátiles palabras sonaron como un quejido de falsa súplica. Si me lo hubieran dicho a mí, hubiera supuesto que me mentían descaradamente.

Jaejoong consiguió mover su muñeca de nuevo, y yo traté de reprimir ese ronco gemido que salía de mi garganta.
Parecía cómico, pero me sentía al borde del orgasmo…. Así…. Tan pronto.

No pude reprimir un movimiento de cadera que mi cuerpo impulsaba buscando por más de aquel divino roce contra su mano.

Escuché débilmente: “ssi..” en un tono tan sensual que mi cuerpo se volvió a mover.

Mi perverso hyung parecía querer verme deshacer de placer entre sus brazos.

Y sentía que no podría oponerme a sus deseos.

Si dejara de reprimirme tan sólo un segundo, comenzaría a moverme sin control, gemiría escandalosamente y todo terminaría de nuevo en cuestión de segundos como había ocurrido antes.... me sentía tan al borde...

Y yo quería que continuara, tanto tanto…….

Noté de pronto que la mano de Jaejoong se acercó a su propio miembro, y segundos después, sujetó mi mano y la recondujo desde su cadera, hasta toda la extensión de su sexo. Yo me sobresalté al notar esa sensación en mi mano.

Tan húmedo, tan caliente, tan duro, tan suave, tan….ajeno….

¿pensé en algún momento que tocarme a mi mismo sería lo mismo que esto?

Si lo hice me equivoqué por completo.


Jaejoong entonces comenzó a moverse salvajemente. Hacía ya un rato que moría por esto. Me hizo abrir los ojos.

La sucesión de aquellos gemidos que adoraba resonaban por todas partes sin poder procesarlos por completo, sin pudor ninguno, usaba la palma de mi mano para masturbarse. Y mentiría si dijera que no adoraba toda la sensación.

Su cuerpo se estiraba y se movía, se movia ,se movía, y a cada gemido que escuchaba mi propia excitación crecía, lo cual no creí que fuera posible.

Y otra vez esos quejidos… aquellos divinos quejidos… la emoción me recorrió el cuerpo: quería que ocurriera. Sin darme cuenta comencé a susurrar su nombre.

¿Por qué?

Cerrando los ojos de nuevo mordí su cuello con toda la pasión que intentaba reprimir.
Esos adorados gemidos subieron de volumen. Estaba perdido en las sensaciones, seguro que le quedarían marcas de aquellos mordiscos que le estaba dando. Y no me importaba nada.

Mi mano abandonó el otro lado de su cadera y le sujeté de la nuca. Quería besar y morder toda su piel mientras escuchaba aquél último gemido que me haría estremecer.

Uno, dos mas de aquellos, y la respiración entre dientes…

“no, Jaejoong, no, no intentes reprimirlo……” Pensaba.

-Dámelo- Susurré en su oído mientras lamía su oreja en un tono que no existía hasta ese entonces en mi registro de voz.

No sabría decir si ocurrió a la vez, o si primero sentí aquella sensación cálida en mi mano, o si escuché su voz antes. Solo sé que sentí el orgasmo más fuerte que podía recordar en lo que llevaba de vida.

Y que sólo me rozaba contra su piel. Nada más.

Y hasta la cabeza me dio vueltas cuando nos abrazamos con ambos brazos y mucha fuerza, mientras aún nuestras caderas no podían detenerse ni dejar de rozarse espasmódicamente.

Tras unos minutos eternos le noté respirar con fuerza sobre mi cuello y mi hombro.
Su pecho se movía tal y como el mío. La temperatura de los pequeños metales sujetos a su cuerpo, se sentían a la misma que la piel.

Por un lado odiaba que hubiera terminado. Por otro sentía terror de mirarle a los ojos de nuevo.

Lágrimas.

Mojaban su hombro sin control.

¿Cuándo comenzaron a salir?

JAejoong en seguida supo que no eran gotas de sudor lo que derramaba sobre su piel.

Intenté esconder la cara, no quería que me dijera nada, que me preguntara nada, que me mirase.

Pero él, tan solo comenzó a besar mi mejilla en silencio. Con su mano en mi pelo, besaba mi mejilla, mi pómulo, mis temblorosos labios, mi nariz, el dorso de la mano con la que me tapaba los ojos. Y no decía una palabra.

Y su gesto sólo hizo que me deshiciera en lágrimas aún más.

No sabía qué era aquella sensación de opresión en mi pecho. Pero quería besarle.

Con mi mano también sujetando su nuca le bese, le besé y le besé, con una desesperación que me asustaba.

Jaejoong......

¿Qué me has hecho?







Ni siquiera recuerdo cuando terminé de besarle, cuando terminé de llorar o cuando me quedé dormido. Todo se hizo borroso para mí. Hasta que se hizo de día.


Un molesto rayo de luz que entraba furtivamente entre las opacas cortinas de aquella habitación, me había despertado golpeando mi cara con su calidez. Tardé unos segundos en acostumbrarme a la luz, pero tardé aún más en asimilar lo que sentía y veía.

En frente de mí, la cama estaba ocupada. Sentía mi cuerpo desnudo y pegajoso de sudor bajo las sábanas y las mantas.

Esa persona que dormía junto a mí, tenía el pelo dorado y revuelto, apenas se veía su cara bajo los mechones de pelo lacio y enredado. Sólo sus rosados labios dejando escapar el aire y algunos suspiros entre sueños, se veían desde donde yo estaba.

La luz tenue de la mañana hacía brillar su piel haciéndola más blanca y cálida que las mismas sábanas. Brillaba, con gotas de sudor sobre él.

Boca arriba y completamente deshecho sobre el colchón, con las mantas sobre él que no cubrían su pecho, el cual se movía rítmicamente al compás de su relajada respiración, ese ritmo de su pecho que me tenía hipnotizado.

No había sido un sueño más.

Podía ver despiadadas marcas rojas encendidas sobre la fina piel de su cuello, sobre sus hombros...

Esa imagen tan hermosa, tan íntima, tan suya....

Aquél potente y desconocido sentimiento de posesión. Cobró sentido en mi corazón sin pararme a pensarlo.

"Siempre había querido atarte a mí de alguna forma.

No quería preguntarte si lo habías disfrutado.

Por dos razones: Yo lo había disfrutado; y no tuve opción.

No me propuse satisfacerte. No planeé dejarme arrastrar por ti."

Y me sentí partido en dos, con las ganas de salir corriendo de allí, y las ganas de volver a tocarle.

Pero de pronto supe hacia donde me conduciría mi huída: Salir corriendo no me alejaría de tí.


Me sentía usado como un juguete, pero no por tí, por el destino. Yo nunca quise que todo esto pasara.

Porque en algún rincón de mi interior sabía, que ni aún en esta situación conseguiría lo que yo quería de tí.

“Dime Jaejoong, ¿cuándo me lo darías?”

“¿Qué tanto tienes que tener de mí, para estar satisfecho?”

Me has atravesado de lado a lado, y yo siento que no logro alcanzarte.

Dime ¿qué mas ha cambiado entre nosotros a parte de mi alma rasgada?

¿Cómo me mirarás ahora?


Sin darme cuenta, me había ido acercando a él, lentamente y sin remedio, arrastrando mi cuerpo sobre el colchón;

Mi cuerpo adicto a tu pecado.


Apoyé mi cabeza sobre la almohada junto a él. Y posé mi mano lentamente sobre su pecho. Y lo toqué otra vez. Paseé mi palma sobre su piel, y acaricié su pezón con mi dedo.

Quería observarle, tocarle, asegurarme a la luz del día de que era esto lo que quería.

"Changmin date cuenta de lo que deseas. Míra bien lo que estás deseando, lo que te obsesiona."

" Míralo claramente por si al fin te hace entender de una vez lo que estás haciendo."

Aparté las mantas de su cuerpo. Y lo observé. Le contemplé sin apartar mis ojos de él bajo la cálida luz del día.

"¿Lo ves más claro que durante la tormenta de anoche?"




Esto es lo que quieres.




Me alejé un poco de él y seguí mirándole.

Pero no había nada nuevo, nada de lo anterior tampoco. Le seguía viendo igual que siempre. Pero.... mío.

Escondí mi cara en la almohada como si así fuera a evitar la realidad.


"Jaejoong, espero que tengas claro qué quieres de mí. Porque mi autocontrol se perdió entre estas sábanas. En algún momento entre tus suspiros y el calor de tu cuerpo....."


Paseé mis dedos sobre las marcas escarlata de su cuello.

¿Pensé en algún momento que me arrepentiría de ello?

Sólo sentía satisfacción.

Bajé con mis dedos por el resto de su cuerpo, pasando por su obligo, más abajo... tocando la suavidad de sus muslos, sin perder detalle.

Cuando mi mirada se posó en su miembro, supliqué en mi mente que alguien me detuviera.

Con temor pasé levemente los dedos por su extensión, rozando la piel. Y caí en la cuenta:

"¿el muy cabrón se había quitado la ropa interior antes de entrar a la cama? Antes de que me diera las buenas noches, antes de que yo convirtiera suu beso de buenas noches en un tifón."

"Maldito seas."


Cuando miré de nuevo arriba. Él tenía los ojos abiertos y me miraba en silencio. Mi mano se había detenido en su sitio, y no le tocaba. Pero él movió sus caderas para sentir de nuevo mi tacto.

Al sentirlo, Jae emitió un pequeño “hum”.

Mientras se revolvía sobre la cama.....

Mientras me miraba como si fuera el objetivo de su cámara....

Mientras se humedecía los labios con la lengua....


"¿Quíen te has creído que soy, jaejoong?"

"¿Dónde se quedó tu vergüenza?"

"Te conozco desde hace tiempo... ¿Cómo puedes comportarte así conmigo ahora?"

En algún momento entre mis preguntas, mi mano había comenzado a acariciarle lentamente. Jaejoong ya no me miraba, cerraba los ojos y suspiraba sintiendo mis caricias.

Mi roce era muy muy leve, y vi como la mano de jaejoong, arrastrándose por su pecho y su vientre, bajaba para encontrarse con la mía.

Antes de que me alcanzara, retiré mi mano. Jaejoong abrió los ojos.

Me miró con ese inconfundible gesto de reproche y sonrió con aquella malévola sonrisa.

Su mano continuó su camino.

Jamás había visto a un hombre masturbarse de manera más obscena.

Y ojalá eso hubiera sido lo peor de todo...... sentía que tendría que morderme los nudillos para no tocarle de nuevo.

¿Lo sabías?

-Hey!- Le dije esperando que se detuviera. Me levanté de golpe y me coloqué a horcajadas sobre él mientras le sujetaba ambas manos. Él sonrió, creía que quería jugar.- Para ya.- le ordené en un tono poco convincente.

Sin la sonrisa pero sin expresión alguna, movió sus caderas contra mí. Me pregunté por qué no me hacía caso. Y miré hacia nuestras caderas, una sobre la otra.

¿Desde cuando tenia yo una ereccion en ese estado?


Jaejoong tenía la mirada fija en mi pene mientras se movía debajo mío. Lo miraba descaradamente. Me hizo sentir una vergüenza y excitación tremendas.

Seguramente mis mejillas lucirían un brillante tono rojo.

Tenía calor. Sentía que en cuestión de instantes comenzaría a sudar. Y nada me cubría.

- ¿por qué no paras?- Pregunté tirando de sus muñecas de nuevo. Esta vez mi tono sonó a pura súplica. Algo en su sonrisa me hizo pensar que le gustaba ese tono que acababa de escuchar. Yo nunca lo usaba.

Entonces él también me sujetó por las muñecas, dirigió a la fuerza mis dos manos hacia su miembro palpitante, para que le tocara con ellas. Él presionaba, pero yo me resistía.

¿Y si Yoochun llamaba a la puerta?

Yo seguía forcejeando, hasta que con una de sus manos sujetó mi miembro una vez mas. Tan sólo el contacto me hizo gemir y mi cuerpo respondió por sí solo. Me mordí el labio con fuerza y le miré suplicando que parase. Mi actitud solo parecía excitarle más.


Me rendí y me dejé caer sobre él lentamente. Pegué mi cuerpo al suyo. Le cubría por completo. Nuestros miembros se acomodaron uno junto al otro. Apoyé mis antebrazos sobre la almohada. Recosté mi cabeza junto a la suya, mis labios a la altura de su oído. Pasé sin pensarlo mucho, una mano por su pelo. Y me apreté un poco más contra él.

Noté como el cuerpo de Jaejoong se tensaba de pronto. Ahora su mano estaba atrapada entre los dos.

Presionaba mi cuerpo contra él, dejándole hacer, abandonándome a su voluntad, cerrando los ojos esperando a que todo pasara de nuevo. Escuché su voz en la oscuridad de mis ojos cerrados.


- Changmin....- Dijo con cariño.


Noté como con su mano libre intentaba alcanzar mi mejilla y levantaba su cabeza hacia mí para mirarme. Abrí los ojos y me estaba mirando con sorpresa en los suyos, esperando alguna respuesta que no encontraba, alguna explicación a mi mirada, a mi entrega.

Sin decir palabra le besé los labios.

Creo que mis sentimientos en aquel momento fluían a través de mi mirada. Quizá él viera lo que sentía con claridad por primera vez.



¿te asustaste?



*********
Creo que Changmin me robó parte de mi corazón en aquél momento. Al mirarle a los ojos, con esa mirada en ellos que adoraba ver: Totalmente mío.

Me hacía saber que había ganado. Pero había mucho más.

Mi deseo por él se multiplicó por mil. Hasta entonces en parte estaba jugando...pero aquella mirada en sus ojos... pidiéndome .....

Tras responder a su beso, baje mi mano de nuevo por su cuerpo. Quería hacerle sentir.....sentirme. Me encantó la expresión que puso mientras cerraba los ojos al notar de nuevo mis caricias. Me giré hasta quedar sobre él.

Bajo los rayos de la luz del día que salpicaban la habitación, observé la piel morena de Changmin. Ese cuerpo tan fibroso y deseable. Respirando agitadamente, con restos de sudor sobre él e irresistiblemente contaminado de sexo.

Acaricié también un costado de sus nalgas, y las partes de su piel que eran más claras. Moví una de sus piernas para acariciar su cuerpo a mi antojo, Min , siempre con los ojos cerrados, echaba sus brazos para atrás enredándolos con la almohada, mientras jadeaba.

Changmin siempre jadeaba. Y seguro que no sabía lo salvaje que le hacía eso.

Sin darme cuenta había aumentado el ritmo de mis caricias, y Min ahora estaba ansioso, pero me entraron unos impulsos irrefrenables de besar su cuerpo. Dejé de acariciar su miembro,y besé ese atractivo hueso de su cadera. Min echó uno de sus antebrazos sobre su cara, ocultándola. Mis labios rondando aquél lugar estaban consiguiendo tensar todos sus músculos. Sonreí.

Mis labios fueron ascendiendo lentamente por su cuerpo, sabia que mi lentitud le estaba matando... pero yo disfrutaba con ello. Al llegar a su pezón, tan solo lo atrapé con mis labios... presioné. Changmin se mordió la boca disimuladamente.

Mis manos ya le recorrían de nuevo. Simplemente no podía evitarlo.

Me recosté sobre él, con mi boca frente a la suya, observando sus brazos frente a mi ocultando su cara. Lentamente devolví una de mis manos a su posición inicial. Y presioné la carne de su miembro a mi antojo, y le escuché jadear de nuevo.

Notaba como su cuerpo ondeaba bajo el mío. Intenté apartar su brazo de mi camino hasta sus labios, pero no me dejaba.

Así que besé su cuello, rocé mis labios contra aquella tibiamente morena piel.

Changmin jadeaba más, pero su ritmo no variaba, no conseguía adivinar si estaba más cerca del orgasmo que hace un momento o no, pero yo no dejaba de tocarle.

Mi erección se rozaba con la piel de su muslo, al ritmo de los movimientos de mi brazo.

-¿Quieres ahora que pare Changmin?- Le pregunté cruelmente.- Di...?

- Nno..- le costaba hablar. Jadeaba sin parar.

- Puedo parar si quieres...- le dije deteniéndome bruscamente.

Contrariamente a lo que me esperaba, cuando me detuve, él no dijo nada. Sólo giró su cuello hacia el lado contrario al mío, aún con el antebrazo en el mismo sitio.

Me quedé contrariado, quizá si quería que parara....

Lentamente con la otra mano, se acercó a mi. Sin mirarme, pasó su mano sobre mí hasta que encontró la mia. Tímida y lentamente la acercó de nuevo a su pene, sin hacerme tocarlo aún. Susurró.

- Sigue....- Pidió.

Su tono de voz me quebró por dentro en pequeños pedacitos.

Me eché de nuevo sobre él, y ésta vez apartando su brazo, volví su cara hacia mí. Él seguía con los ojos bien cerrados. Bese su mandíbula y su cuello, cariñosamente, insistentemente, y una mano fue hasta su pelo.

Devolví mi mano una vez mas a su tarea, y le acaricié suavemente, mientras le besaba.

Para mi sorpresa, Min acercó sus labios a mi cuello y me besaba lentamente, jadeando cerca de mi oído.

Enredé mi muslo entre sus piernas, ahora era yo el que también friccionaba mi miembro contra su cadera.

Podía ver como la respiración acelerada hacía moverse el pecho de Changmin arriba y abajo, y cómo agarraba con fuerza las sábanas con su mano.

Completamente mío.

Me encantaba esa sensación.

Su orgasmo me pilló por sorpresa. No era capaz de distinguir su estado de excitación. Jadeaba sin parar hasta que se detenía, y suspiraba profundamente.

Después de eso, se llevó ambas manos a la cara.

No quería mirarse. No quería ver lo que acababa de dejarse hacer.


-Changmin estás bien?- Pregunté algo preocupado. Él sólo asintió en silencio.- te ha gustado?- me atreví a preguntar por primera vez y en un susurro. Recibí un beso de sus labios como respuesta.

Me pareció una actitud tan dulce.... le besé otra vez. Quería abrazarle, y así lo hice, el intentó oponerse, por no mancharme, pero no consiguió detenerme. Le abracé tal y como quería.

Unos minutos más tarde, Changmin levantó los brazos, y rodeó mi espalda con ellos. Plantó un pequeño beso en mi piel.

"Ohh mi pequeño changmin... ni siquiera sabes lo feliz que me hace tenerte sólo para mi. ¿Cómo no desear tu afecto? ¿Cómo no desear ser el centro de tu vida?

Poseerte es ser dueño del mejor tesoro.

Me siento un héroe por tenerlo. Así quiero que sea. Sólo yo Changmin. Dime que soy sólo yo."

Así de satisfecho, se me olvidó que estábamos fuera de casa, que estábamos en aquella isla, y que cuando entré anoche por esa puerta aún parecía que me odiabas. Y, después de ti, el sueño me venció de nuevo.


Ambos sabíamos que Yoochun no intentaría entrar en la habitación. Yo tenía pensado volver justo hoy, antes de que ellos dos tuvieran que volver a Tokio. No quería preguntas de Yoochun. Quizá se imaginaría qué había venido a hacer anoche aquí en Sapporo. Y no quería que me dijera nada al respecto.

Continuará.. 

1 comentarios:

ann dijo...

oooo que puedo decir de este Sapporo! Sapporo! me gusto muchoooooo
el que Jaejoong quiera a MIn solo para el que le entregue todo xD
y Min y sus pensamientos, forma de sentir y la tuya de describirlo genial !!!
como me hacia falta mi dosis jaeminesca jijiji